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Ofreció la NASA una cobertura en vivo que alcanzó más de 6 millones de vistas
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de octubre de 2023, p. 2

Durante el eclipse solar anular, también conocido como anillo de fuego, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, NASA ofreció mediante su sitio web (www.nasa.gov) una cobertura en vivo que alcanzó más de 6 millones de visualizaciones, desde donde se observó de manera segura como el Sol, la Luna y la Tierra se alinearon.

En punto de las 9:30 horas de la Ciudad de México inició la transmisión, la cual contó con opiniones de investigadores de esa dependencia, quienes informaron minuto a minuto la importancia para la humanidad de ese fenómeno astronómico.

Con un mapa interactivo, la NASA proporcionó detalles sobre el momento y el tipo de eclipse visible a lo largo de un camino estrecho que recorrió los estados de Oregón hasta Texas, en Estado Unidos. En países como Puerto Rico, partes de Alaska y Hawaii, se observó de manera parcial, cuando parte del Sol es cubierto por la Luna sin crear el efecto de anillo de fuego.

En el momento máximo del eclipse que ocurrió entre las 11 horas se pudo observar el anillo que formó la Luna frente al Sol, también se vio el asombro y emoción de los presentadores de la NASA en la considerada fiesta científica.

También incluyó vistas en vivo del lanzamiento de cohetes desde White Sands, Nuevo México, que transportaron instrumentos para estudiar los efectos del eclipse en la atmósfera, pertenecientes a la misión Perturbaciones atmosféricas alrededor de la trayectoria del eclipse o APEP (por sus siglas en inglés), dirigida por Aroh Barjatya, profesor de ingeniería física en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle.

El primer lanzamiento ocurrió unos 35 minutos antes del eclipse, otro durante del mismo y el último, 35 minutos después. Cada uno desplegó cuatro pequeños instrumentos científicos que midieron los cambios en los campos eléctricos y magnéticos, así como la densidad y temperatura; esas muestras son las primeras mediciones simultáneas tomadas desde múltiples lugares de la ionosfera durante un eclipse solar.

Los cohetes tomaron una altura entre 70 a 325 kilómetros sobre el suelo a lo largo de su trayectoria.

En la transmisión se explicó que a unos 75 kilómetros de altura, el aire se vuelve eléctrico, lo cual los científicos llaman ionosfera, porque es donde el componente ultravioleta de la luz solar puede extraer electrones de los átomos para formar un mar de iones y electrones de alto vuelo.

La energía constante del Sol mantiene separadas esas partículas que se atraen mutuamente durante todo el día. Pero a medida que se esconde bajo el horizonte, muchos se recombinan en átomos neutros durante la noche, sólo para separarse nuevamente al amanecer.

Durante un eclipse solar, la luz del Sol desaparece y reaparece sobre una pequeña parte del paisaje casi al mismo tiempo. En un instante, la temperatura y la densidad de la ionosfera caen y luego vuelven a subir, enviando ondas a través de ésta.

En el eclipse solar total de 2017 visible en América del Norte, los instrumentos a muchos cientos de kilómetros fuera de su trayectoria detectaron cambios atmosféricos. También lo hizo la infraestructura digital como el GPS y los satélites de comunicaciones de los que dependemos todos los días.