Jueves 12 de octubre de 2023, p. a12
La decisión de la FIFA de celebrar el Mundial de 2030 en seis países, con los aficionados volando a más de 100 partidos, aumentará la huella de carbono del torneo y choca con los compromisos climáticos del organismo, señalan ambientalistas.
El máximo ente del futbol asignó la Copa del Mundo a España, Portugal y Marruecos la semana pasada, pero también dijo que Uruguay, Argentina y Paraguay albergarán tres partidos con motivo del centenario del torneo.
Después de tres juegos en Sudamérica, el certamen se dirigirá hacia la península ibérica, lo que supondría varios vuelos transatlánticos para equipos y aficionados. Es un marcado contraste con el Mundial de 2022 en Qatar, que contó con sólo 32 equipos y 64 partidos que se jugaron en ocho estadios en Doha y sus alrededores.
Cada decisión que haga crecer la Copa va a aumentar la huella de carbono de la justa. La FIFA ha dicho que tiene en cuenta el medio ambiente, pero todas sus acciones sugieren lo contrario
, afirma la ecologista Madeleine Orr, profesora adjunta de la Universidad de Toronto, cuyas investigaciones analizan los efectos del cambio climático en el sector deportivo.
La FIFA afirmó que tomará todas las medidas necesarias para mitigar el impacto medioambiental del Mundial, y añadió que 97 por ciento del torneo de 2030 se celebrará en tres países que comparten frontera o están separados por pocos kilómetros.
La entidad dijo que se comprometía a reducir 50 por ciento las emisiones de carbono para 2030 y a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2040.
Walker Ross, profesor de gestión deportiva en la Universidad de Edimburgo y miembro del Grupo de Ecología del Deporte, afirmó que sólo los vuelos transatlánticos serían responsables de entre una tonelada y media y dos de dióxido de carbono por persona que viaje.