as Chivas acapararon la atención con el caso de indisciplina de Alexis Vega y Cristian Chicote Calderón, agravado con la versión de que el técnico serbio Veljko Paunovic tenía las horas contadas. Pero, cual si fuera un filme taquillero, en el momento candente el Rebaño resurgió de sus cenizas, y frente a su acérrimo rival citadino, el Atlas, alzó espectacular vuelo... El logro fue en gran medida gracias a una modesta y reciente adquisición, la de Ricardo Marín, quien se ha acoplado de gran forma a Yael Padilla, Fernando Beltrán y compañía.

El Guadalajara, con todas sus limitaciones o precisamente por ellas, convoca las simpatías de un público decidido a maximizar cada logro, en una liga donde el resto de los equipos planta semana a semana hasta a ocho foráneos sobre el terreno de juego. En una liga con socios que rehúsan venderle a precio razonable a cualquier prospecto para mantener su política de alinear sólo futbolistas nacionales. Tales obstáculos, aunados a los errores de su directiva y de sus jugadores estrellas, ponen al equipo en constante predicamento.

Alexis Vega no sabe qué hacer con más de dos millones de pesos al mes (32 millones de pesos al año), y se le ocurrió meter damiselas al hotel de concentración la semana pasada, en Toluca. Necesitaba cómplices y ahí estuvieron Calderón y Raúl Martínez. El atacante ha tenido un rendimiento paupérrimo con la playera rojiblanca, sus lesiones son la constante; sin embargo, consiguió, junto con su representante, marear a la directiva y obtener jugoso contrato. Desde entonces sólo da notas morbosas por su presencia en conciertos, fiestas e indisciplinas.

Los jugadores se ríen de la amenaza deser separados o condenados al banquillo. Visto lo que pasó con el galo Kylian Mbappé y los re-glamentos de la FIFA, saben que para los clubes son balazos a los pies. Cumplir la advertencia es depreciar su inversión... Por Vega, las Chivas pagaron 8 millones de dólares, arrebatándolo al Monterrey, que sin duda hoy celebra no haberlo adquirido. Elementos así terminan por ser la manzana podrida, mientras otros, como Marín, desdeñado por el América y goleador con Celaya en la Liga de Expansión, se pone el overol.

Ni en sueños se vislumbra por estas tierras a un Sadio Mané, el futbolista senegalés del Bayern Múnich que en su pueblo natal edificó un hospital, una escuela, puso Internet y ayuda a la gente pobre, entre muchas otras obras… En charla hace algunos años con el técnico Enrique Ojitos Meza, soltó: “Aquí el jugador que empieza a ganar bien, lo primero que quiere hacer es comprarse un coche de lujo, y si está casado, divorciarse y tener otra mujer…”, por lo que consideraba parte de sus funciones orientar a esos norteados...

Los vaivenes y altibajos son el sello de la casa. Basta mirar al Cruz Azul que venía de golear a los Rayos y cayó con estrépito frente a unos Pumas, donde se nota el trabajo de Antonio Mohamed. La defensa celeste es inexistente; la directiva, constante: se mantiene en el caos sí o sí... Tigres, Rayados y Toluca hacen apenas lo necesario para estar en zona de calificación. Los de la multipropiedad se echaron a la hamaca con sus equipos Atlas, Santos, León, Pachuca, Xolos, Querétaro, Mazatlán, Puebla... Cosechan lo sembrado, es decir, ¡disfrutan! tras su lucha por eliminar el descenso.

Con América en plan avasallador, la etiqueta de superlocal (nueve de 12 partidos jugados en el estadio Azteca) y triunfos con goles polémicos, la Liga Mx daba pereza; le cayó de maravilla que las Chivas levanten cabeza y mantengan al estratega Paunovic –pretendido por el Almería–, quien después de llevar al plantel a la final del certamen pasado, arrancó bien el presente, pero todo se le complicó con la pausa por la Leagues Cup... Y nada mejor para la cosecha de dólares que un choque amistoso entre ambos, como el del día 15 en el Rose Bowl de Pasadena.

Ghana depara para el Tri una incógnita en la cita del sábado. Las Estrellas Negras vivie-ron buenos momentos hace 10 años, desde en-tonces van en picada. La promesa de algo mejor en esta fecha FIFA es frente a Alemania, re-cién sacudida tras una serie de reveses y que estrena en el timón a Julian Nagelsmann. Es un examen serio para Jaime Lozano, quien ya echó mano de su mejores cartas, incluidos los artilleros Santiago Giménez, Hirving Lozano,Henry Martín y el de moda, César Chino Huerta.