Chilpancingo, Gro., Al cumplirse dos años de la integración de la Comisión para Acceso a la Verdad, Esclarecimiento Histórico e Impulso a la Justicia de violaciones graves a los derechos humanos cometidos de 1965 a 1990, colectivos de familiares de víctimas de la guerra sucia en Guerrero lamentaron que hasta ahora no ha habido ningún resultado.

En conferencia de prensa en la capital del estado, Angélica Ramírez Hernández, hija de Gorgonio Santiago Alvarado, desaparecido el 24 de noviembre de 1974 en la comunidad de San Juan de las Flores, municipio de Atoyac de Álvarez, manifestó que las acciones de la comisión no han sido suficientes.

Por ejemplo, nunca hubo una fiscalía especial que acompañe a las víctimas; hoy se cumplen dos años, y aunque se han elaborado los documentos (de los ausentes), para nosotros esto no es lo único que hace falta, recalcó.

Ramírez Hernández refirió: se nota una total falta de empatía; se están abocando a la memoria histórica, ya se han escrito infinidad de libros, investigaciones, pero nosotros ya no queremos más información que nos diga lo mismo.

Hasta hoy, afirmó, no hay ningún tipo de avance para esclarecer los hechos, no saben dónde están sus familiares y tampoco han sido llamados a declarar ninguno de los 130 ex militares que, aseguran, participaron en las desapariciones forzadas.

Demandan información

“Nosotros demandamos información, que nos diga dónde están nuestros seres queridos y por qué no se ha llevado ante la justicia a una sola persona en el caso de la guerra sucia”, destacó.

Angélica Ramírez reclamó además que se sigue protegiendo al Ejército Mexicano, pues se reitera el discurso de que los soldados actuaron por órdenes de un civil; lo cierto es que el exceso criminal que hubo fue terrible, y eso rebasó cualquier tipo de justificación; a poco más de 50 años no ha habido una sola persona detenida por ello.

Arturo Miranda Ramírez, dirigente de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, señaló que para ellos no solo fue responsable el Ejército, sino también los gobiernos del PRI y el PAN, que además cometieron masacres posteriores.