La acrobacia es una forma casi metafísica de entender qué es la realidad, afirma Daniele Finzi Pasca, quien considera que organizarse su propio funeral podría hacernos bien... Uno se siente necesario y motivado a continuar el viaje, que de hecho no es otra cosa que un largo regreso a casa.

El clown, dramaturgo, coreógrafo, director y fundador de su propia compañía, es al creador de Corteo, espectáculo número 18 de la compañía canadiense e internacional Cirque du Soleil, que la noche del miércoles comenzó una serie de presentaciones en el Palacio de los Deportes, donde llevó a los asistentes a un viaje hacia el alma con una visión carnavalesca de la muerte y la vida.

Corteo, estrenada en Montreal en 2005, mostró las expresiones extraordinarias de acrobacia y equilibrio, teatro y música del Cirque du Soleil, que contó un relato de amistad con los cuerpos en movimiento que pintaron una ceremonia fúnebre plena de nostalgia festiva, que impulsó a la audiencia a un andar onírico con el que se recordó quiénes somos y lo que fuimos.

La obra transportó al público a un mundo intrapersonal, en el que los seres vuelan sobre el proscenio, brincan sobre camas como cuando éramos niños; donde los aros y los cuerpos se mutan en uno solo, y un bailarina de pole dance se eleva por el escenario hasta desaparecer.

En escena, se aprecia un centro giratorio de 12.5 metros de diámetro, con un laberinto que reproduce a las proporciones y el tamaño de la catedral de Chartres, de Francia. También destacan los actos de El Korean Cradle y el Tramponet (combinación de trampolín con red de seguridad). Los artistas son lanzados entre dos plataformas coreanas de doble marco, rebotando en el trampolín.

También se aparece el pequeño Gregorio (quien flota entre el público, que lo impulsa con un simple empujón). Es el gran acompañante de Mauro, nuestro protagonista que se despide de la vida carnal para iniciar su periplo hacia su origen. Claro, el payaso tiene que irse con un cortejo (corteo, en italiano), un ágape lleno de color y magia.

En el regalo visual, de dos horas, también hay acrobacias en escaleras, vuelo en poleas, acróbatas, músicos, vestuaristas y técnicos de más de 15 países que se unen para mostrar, en varios actos, un espectáculo circense construido en la perfección de lo tangible.

Figurarse el funeral propio, quiero decir, intentar imaginárselo, lleno de invitados, con una banda de trompetas liderando la procesión y con todos los amigos, los amores y los parientes, y también con los enemigos, es algo muy saludable, señaló una vez Finzi respecto de su historia. Soñar con ser recordado, y estar seguro de dejar huella le da un toque justo de nostalgia a la vida.

Corteo está dedicado a los ángeles que vienen por la noche; al mundo de los clowns, al que pertenece Finzi; a la catedral de Chartres, que después el vientre de mi madre, asegura el artista, es el segundo lugar donde fue concebido. A las fotografías que mis padres le robaron a la realidad y que él puse en movimiento; a los circos y a sus artistas.

Corteo es montaje bien concebido, como todos los de la compañía canadiense. Un intento para que brote bajo la carpa del circo el teatro y su perspectiva. En la puesta se contrasta lo grandioso con lo íntimo, lo cómico con lo trágico y la belleza de la perfección con el atractivo de la imperfección.

Desde su estreno, la pieza ha visitado más de 60 ciudades en 19 países como un espectáculo de carpa, antes de volverse un show de arena en 2018, en el que se han ido incorporando nuevos actos con pequeñas adaptaciones a la historia original.

El reparto cuenta con creativos de Bielorrusia, Bélgica, Brasil, Canadá, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Japón, Kazajistán, Rumania, Rusia, Reino Unido, Ucrania, Estados Unidos y Uzbekistán, entre otros.

En Corteo casi todos vuelan, pero sobre todo sueñan en el desafío a la gravedad para contar una historia. Cerrará temporada el 15 de octubre en el Palacio de los Deportes.