s difícil debatir sobre los argumentos que justifican la defensa de las ideas propias, sobre todo si esos argumentos son construidos con falsedades. La posición política de la militancia de los grupos de derecha son ejemplo de las artimañas más destructivas que hemos conocido en nuestro país.
La intervención en el Congreso General de la nación por parte de cada representante de los grupos de derecha se basa en el engaño. Tal vez piensan que es como un antídoto a los informes oficiales del gobierno. De ese gobierno que les ha cerrado el camino fácil a las prebendas, a través de la corrupción y a la obtención de riquezas. Para eso han sido utilizados los escaños de ambas cámaras.
Pero no sólo del área legislativa, los foros, asociaciones y espacios publicitarios de radio y televisión han sido detractores mentirosos en la administración actual. Además, cuentan con las plataformas de información masiva. Éstas son una importante vía que utiliza los grupos de derecha.
Ha sido una medida necesaria y novedosa, declarar a la corrupción como un delito mayor. Esperemos que, conforme avanza el proyecto de transformación del país, la mentira sea declarada, también, como una acción sumamente agresiva y letal para el desarrollo de la democracia y de la revolución de las conciencias.
En la última comparecencia de Rocío Nahle García, del 8 de diciembre de 2022, ante la Comisión de Energía del Senado de la República, con motivo del cuarto Informe presidencial, la representante del grupo panista plantea una serie de preguntas a Nahle, todas basadas en la tergiversación de los datos y de falsas conclusiones.
No obstante la presentación de los datos expuestos por Nahle, comprobables por medio de diversas fuentes de información, la senadora panista Xóchitl Gálvez cuestiona el informe de la secretaria de Energía. No es un cuestionamiento limpio, trata de desvirtuar los datos ofrecidos con mentiras que confunden a la opinión pública.
Los adjetivos calificativos utilizados por Gálvez en contra de la secretaria Nahle y de quienes han construido la refinería Olmeca evidencian lo insostenible de dichos reclamos, aparentemente, en defensa del erario público y del pueblo de México.
Nos referimos a este mecanismo de destrucción y de vago aporte a la soberanía energética que han utilizado los partidos políticos neoliberales y antiCuarta Transformación. No han tenido otra salida que la de mentir.
A esto nos referimos con la aseveración de que las mentiras son un enorme obstáculo para la maduración de cualquier sociedad y para la flexibilidad política y social de quienes se ubican en un México aparte.
Nutrir el discurso político opositor de falsas aseveraciones y de expectativas empobrecidas por la negación de la verdad no fortalece la democracia depurada que estamos buscando, además de que mentir a toda hora y a la menor provocación genera la falta de credibilidad por todo lo que hagan los gobiernos, ya sea de derecha o de izquierda. El daño es muy grande y el veneno muy potente.
Aceptar los logros del gobierno actual abre las posibilidades a un entendimiento civilizado, sin poner en riesgo los principios de la ideología que defiende la oposición. Todo lo contrario. La democracia es única, no existe una especial para la derecha o para la izquierda.
El próximo gobierno que trabajará para toda la población, seguramente estará enfocado a la rehabilitación de las áreas más lastimadas por la explotación agrícola, minera, petrolera, pesquera, etcétera, así como por la concentración poblacional urbana, cada vez más demandante de servicios.
Para esta magna tarea, tendrán que aplicarse aquellas propuestas ambientalistas surgidas de las diversas posiciones políticas, sin permitir que éstas sean convertidas en mercancías.
Las innovaciones que generen energías renovables más sostenibles y más limpias se convertirán en una tarea permanente. No sabemos hasta dónde están los verdaderos límites de explotación de los recursos naturales.
Por lo pronto, tenemos conocimiento de que a través de diversas fuentes de energía podemos resolver problemas a corto y mediano plazo.
La energía solar, la más factible de explotar a largo alcance, nos puede resolver hasta cierto punto. En la noche y cuando el sol no esté visible por cambios climáticos, deberemos tener una solución aceptable. Las alternativas más viables con las que contamos hasta este momento son la aplicación de la función de las plantas; otras alternativas como la ya conocida fuerza eólica, la combinación de la fuente eólica y solar, las turbinas acuáticas a base de la fuerza del oleaje y corrientes marinas, la energía bacteriana, la optimización de la energía nuclear, el uso del hidrógeno y otras fuentes más que, por ahora, no hemos investigado a fondo.