Jueves 28 de septiembre de 2023, p. 8
San Sebastián. En la recta final de un largo periplo festivalero, la mexicana Lila Avilés ha pasado por San Sebastián para mostrar Tótem, drama infantil, con el que reitera un interés, ya mostrado en La camarista por contar otras
historias de su país, alejadas de una faceta oscura y violenta frecuente en otros directores. Con ella hablamos en exclusiva sobre las victorias y pendientes de las mujeres.
Según varios medios mexicanos, su película ha sido nominada para competir en los premios Óscar, aunque la Academia aún no ha confirmado la noticia...
–Está ya casi, casi oficialmente la noticia.
–Se encuentra aquí en San Sebastián después de su estreno en Berlín en febrero pasado y de participar en muchos otros festivales. ¿Cómo ha sido esta experiencia?
–Increíble. Imagínese, en sólo un año tuve la oportunidad de estar en Berlín... hemos participado en alrededor de 40 festivales (risas). También tuve la suerte de presentar un cortometraje en Venecia y ganamos en Lima. Es una alegría total porque uno hace la película con mucho cariño, pero es como lanzar una moneda al aire: nunca se sabe cómo será recibida. Pero lo importante es que la hacemos con mucho amor y, afortunadamente, ha tenido gran distribución en muchos países.
–Es un sueño hecho realidad, ¿verdad?
–Más aún después de pasar por la pandemia de covid-19. A pesar de todas las circunstancias, es un logro y casi una batalla, porque todos los que trabajamos en cine sabemos que debemos luchar para seguir adelante. Es un esfuerzo colectivo que involucra a críticos, festivales, cines independientes y las famosas salas de proyección multiplex, donde también debemos abrirnos camino para llegar a la cartelera.
–Esta película rompe con los estereotipos del cine mexicano, que a menudo se asocian con la violencia, enfoque que parece ser el preferido en festivales. ¿Por qué eligió un camino diferente o qué la inspiró?
–Bueno, soy mexicana y México tiene muchas facetas. Desde mi primera película, La Camarista, siempre he sostenido que veo más gente buena que mala en mi país (risas). Afortunadamente, todavía puedes entablar conversaciones con las personas en la esquina; siempre habrá alguien dispuesto a ayudar. En México existe mucho humor. Claro, también está esa otra cara de la violencia y situaciones tristes, como las desapariciones. Pero también existe esa diversidad cultural y esa otredad
que es inevitable, y me siento muy honrada de poder explorarla. En un sentido más personal, fui madre a una edad temprana, así que ya he ocupado los papeles de niña y madre. Quería explorar el concepto de hogar, de cómo habitamos a nosotros mismos. En esta película, la protagonista, Sol, es una niña de siete años con gran resiliencia y madurez.
–Tengo entendido que también usted tiene una niña...
–Bueno, no exactamente. Mi hija ya tiene 17 años, ya está en la alcoholescencia .
–Nos encanta ver México desde una perspectiva diferente y que cineastas como usted presenten una visión distinta del país.
–Ahora la Ciudad de México está llena de extranjeros, así que algo bueno debemos de tener (risas). No nos damos cuenta, pero hacer cine es una responsabilidad enorme. Los jóvenes son quienes nos miran y nos ven reflejados en nuestras películas.
–¿Es Tótem una historia autobiográfica?
–Sí, podría decirse que experimenté una pérdida, pero el cine tiene ese poder de transformar las historias. Esa es su belleza, le añades jugo, especias, lo licuas un poco más. Así que, sí, la película tiene profundidad en ese sentido, pero también refleja cómo el arte puede cambiar y evolucionar.
–Actualmente vemos que muchas mujeres están destacando en la industria cinematográfica mexicana. ¿Cómo se siente acerca de esta igualdad de género que se ha estado luchando por lograr durante mucho tiempo?
–Es increíble formar parte de una generación en la que, finalmente, las mujeres tienen más visibilidad. Empecé mi carrera cinematográfica un poco más tarde, y siempre agradezco el camino que abrieron nuestras colegas que enfrentaron las dificultades más duras. Hoy en día hablo mucho sobre diversidad porque no se trata sólo ser todas mujeres. Sin diversidad no hay riqueza, pero finalmente nos llegó el turno. Ahora estamos abogando por la libertad, esa es la siguiente batalla.
–¿Cree que las mujeres están liderando actualmente la lista de innovadores en el cine mexicano?
–¡Sí, estamos arrasando! (risas) Creo que estamos viviendo un momento increíble para las mujeres. Si observamos las cifras, hace 10 años esto no era tan común, tal vez una o dos directoras. Ahora somos un verdadero chorro, como decimos en México, y es increíble ser parte de esta generación.
–¿Qué opina sobre el apoyo estatal actual a la industria cinematográfica en México? Se ha dicho que con el gobierno de AMLO los fondos se han reducido. ¿Cuál es su opinión sobre esta situación?
–En mi país tenemos fondos para el cine, aunque no siempre llegan a todos. Es una paradoja de la vida, pero, afortunadamente, todavía existen.
–¿Cree que existe el riesgo de que estos fondos desaparezcan?
–Mire lo que está sucediendo actualmente en Argentina, es lamentable. Debemos defendernos. Admiro mucho la solidaridad que existe allá, y tengo muchos colegas argentinos. Creo que debemos crear una comunidad, porque la competencia a menudo nos divide. Pero debemos ir más allá y defender el cine como parte de nuestro patrimonio cultural.
–¿Cómo ve el panorama general del cine en América Latina?
–Es asombroso. Hay algo en nosotros, no es nacionalismo, pero estamos más cerca de la realidad, queramos o no. Creo que eso da como resultado un cine intuitivo y diverso, y debemos defenderlo. José María Riva, quien defendió el cine latinoamericano, era español, pero ayudó a muchos cineastas. Es importante no sólo crear obras, sino también allanar el camino para otros.