Estados Unidos e Irán intercambiaron ayer 10 presos –cinco por país– como parte de un acuerdo mediado por Qatar y Omán, que también permitió que se descongelaran casi 6 mil millones de dólares en fondos iraníes.

Hoy, cinco estadunidenses inocentes encarcelados en Irán vuelven por fin a casa, señaló el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado emitido poco antes de que los detenidos llegaran al aeropuerto de esta capital qatarí, de donde anoche volaron a territorio estadunidense.

Poco antes, los fondos iraníes congelados en Corea del Sur (6 mil millones de dólares) fueron transferidos a Irán, lo que confirmaron funcionarios de Teherán.

Estados Unidos sostiene que, una vez en Qatar, el dinero se mantendrá en cuentas restringidas y sólo podrá utilizarse para comprar productos de asistencia humanitaria como medicamentos y comida. Esas transacciones no estaban permitidas debido a las sanciones contra la república islámica por su programa nuclear.

Uno de los liberados es en realidad ciudadano británico iraní: el activista ambiental Morad Tahbaz, encarcelado por espionaje en 2018, según informó el diario británico The Independent.

Biden anunció ayer nuevas sanciones de Estados Unidos contra el ex presidente iraní Mahmud Ahmadinejad y su ministerio de Inteligencia por su implicación en las detenciones ilegales, en un comunicado en el cual agradeció a Qatar, Omán, Suiza y Corea del Sur su ayuda para lograr el intercambio.

Las sanciones podrían obedecer a que la oposición republicana acusó a Biden de pagar rescate a Irán por la liberación de fondos, según observadores.

En Nueva York, el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, habló vía telefónica con los liberados a su llegada a Doha, en lo que llamó una conversación conmovedora.

La cadena iraní Press Tv informó que los cinco iraníes detenidos por Estados Unidos fueron liberados, y que dos de ellos aterrizaron en Teherán; los otros tres no regresarán al país.

Ha sido una acción puramente humanitaria, aseveró el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, a su llegada a Nueva York para asistir a la Asamblea General anual de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Por otra parte, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania instaron a Irán a dar marcha atrás en su decisión de impedir el acceso a algunos inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para que éste pueda ofrecer garantías de que el programa nuclear iraní es pacífico.

La medida de Irán responde a un llamado, encabezado por Estados Unidos y sus tres aliados europeos, durante la junta de gobernadores del OIEA de la semana pasada para que Teherán coopere de inmediato con el organismo en asuntos que incluyen explicar rastros de uranio encontrados en sitios no declarados.

Irán vetó a algunos inspectores en virtud de la eliminación de la designación de inspectores, norma que está permitida dentro de los parámetros del Tratado de No Proliferación Nuclear, y del acuerdo de salvaguardas de cada país con el OIEA.

No obstante, el jefe del organismo de control nuclear de la ONU, Rafael Grossi, condenó el sábado lo que calificó de medida unilateral desproporcionada y sin precedente por parte de Teherán para impedir la entrada de los inspectores.

Irán sigue expandiendo sus actividades nucleares. Ahora también obstaculiza deliberadamente la planificación y realización normal de las actividades de verificación y vigilancia del OIEA, afirmó la declaración conjunta de Estados Unidos y sus aliados europeos.