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Festejos de independencia
Fue un destacado despliegue castrense sin los poderes Legislativo y Judicial
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de septiembre de 2023, p. 2

Las palabras del general Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sdena), sellaron el cierre de las filas castrenses en torno a la institucionalidad democrática.

Orador único en el desfile para conmemorar el 213 aniversario del inicio del movimiento de Independencia, Sandoval González ubicó en la unidad nacional la principal arma para enfrentar cualquier adversidad. Su voz resonó en un Zócalo inundado por desmañanados ciudadanos y ante un templete de funcionarios invitados a la ceremonia oficial por la Independencia Nacional, a la que no se asomaron ni la ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, ni legisladores.

Sólo integrantes del Ejecutivo –incluidos los titulares del Infonavit y la Conagua– acompañaron al presidente Andrés Manuel López Obrador en el escenario al pie del balcón central de Palacio Nacional para celebrar esta fecha histórica, promovida por el propio José María Morelos y Pavón, que en los Sentimientos de la Nación definió:

Que se solemnice el 16 de septiembre de todos los años como el día del aniversario en el que se levantó la voz de la Independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue que se abrieron los labios de la nación para reclamar sus derechos con espada en mano para ser oída; recordando siempre el mérito del grande héroe, el señor don Miguel Hidalgo y su compañero Ignacio Allende.

Emulando al mandatario federal, el secretario Sandoval se acogió en su discurso a la historia para destacar algunos episodios del Heroico Colegio Militar, protagonista principal del desfile, al celebrarse dos siglos de su fundación: la gesta histórica de 1847 en la defensa del Castillo de Chapultepec frente a los invasores estadunidenses; mantenerse al lado del presidente Guadalupe Victoria en los disturbios del Plan de Montaño y del Motín de la Acordada; la Marcha de la Lealtad del 9 de febrero de 1913 al escoltar a Francisco I. Madero de Chapultepec a Palacio Nacional, y su acompañamiento a Venustiano Carranza en el traslado de los poderes del país de la Ciudad de México a Veracruz.

Las fuerzas armadas han tenido claro estos preceptos con los que han participado en cada una de las etapas de la historia que marcaron el rumbo del país. Así lo hemos hecho y así lo seguiremos haciendo, con la firme premisa que guía nuestro actuar, la absoluta lealtad en los momentos críticos del acontecer nacional, refrendó el secretario.

Ante las figuras de los seis Niños Héroes colocadas frente al Palacio Nacional, con destreza marcial, los contingentes desfilaron ante el Comandante Supremo de las fuerzas armadas, quien a lo largo de las más de dos horas del acto se vio visiblemente sonriente y, sobre todo, centró su atención en el general Sandoval, mientras el almirante José Rafael Ojeda se mantenía en silencio, a un asiento de distancia.

Un año atrás, la principal fuerza desplegada fue la Guardia Nacional. Se vivía entonces efervescencia castrense por su traslado a la Sedena, el cual, meses después, fue echado abajo por la Suprema Corte. Ese revés significó la ruptura entre Ejecutivo y Judicial y se expresó ayer con la ausencia de representantes de ese poder.

El comandante de la columna fue el general Ricardo Trevilla Trejo, jefe del Estado Mayor conjunto de la Sedena. Los conocedores de la tradición castrense señalaron que habitualmente el militar que encabeza el penúltimo o último desfile de un sexenio se convierte en candidato al relevo en el siguiente gobierno.

Los cuerpos castrenses mostraron su capacidad operativa, de entrenamiento y arsenal. Una escena lo evidenció: la más grande salva de fusilería en la historia del país fue ejecutada por mil 548 cadetes, resonando en medio de la plancha.

Se rindió homenaje a los canes que acompañan a marinos y militares en tareas de rescate. Las fotos de los fallecidos Frida y Proteo causaron el revuelo entre los miles de asistentes que se peleaban por la mejor toma desde sus celulares, al igual que la presencia del cachorro Arkadas, donado por el gobierno de Turquía en agradecimiento al apoyo de México ante el terremoto que azotó ese país.

La cita se cumplió sin novedad, aunque en medio de la retórica por la unidad causó extrañeza que por primera vez no hubiera ensayo general conjunto entre militares y marinos.