Moscú. Mientras el líder norcoreano, Kim Jong-un, siguió este sábado conociendo de cerca armamento moderno del ejército ruso y visitando las fábricas de la industria militar de Rusia, el viernes el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Luka­shenko, propuso a su aliado y titular del Kremlin, Vladimir Putin, una suerte de eje Moscú-Minsk-Pyonyang de cooperación trilateral.

Lukashenko visitó a Putin, por quinta ocasión en lo que va de año, en el balneario ruso de Sochi, en la costa del mar Negro, dos días después de que el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que insta a la Corte Penal Internacional a emitir una orden de detención en su contra, acusándolo de ser cómplice de la agresión injustificada de Rusia y responsable directo de la devastación y los daños causados a Ucrania.

La propuesta de Lukashenko surgió de manera espontánea después de que Putin le prometió contar la interesante conversación que mantuvo con Kim el miércoles anterior en el cosmódromo de Vostochni. Creo que deberíamos plantearnos una cooperación a tres bandas, adelantó el bielorruso.

De acuerdo con la información oficial disponible, el mandatario ruso utilizó el contexto de la visita de su colega bielorruso para acallar los crecientes rumores y dar a entender que no tiene la intención de decretar este otoño una segunda ola del llamado a filas de reservistas –adicional a los 300 mil que desde septiembre de 2022 llegaron a los campos de batalla–, medida que de llevarse a cabo, a juicio de las operadores políticos del Kremlin, sería muy impopular a escasos meses de que se celebren elecciones presidenciales.

“Hace unos días –comentó Putin a Lukashenko– dije que 270 mil de nuestros hombres, de nuestros combatientes, firmaron contratos para incorporarse al ejército, pero esa cifra ya quedó obsoleta: hoy (el viernes) me informaron que ya son 300 mil y quiero subrayar que están dispuestos a sacrificar su vida en aras de proteger la patria”.

También desmintió que haya pedido a Kim enviar voluntarios para luchar en Ucrania. Esto es completamente absurdo, afirmó Putin. Occidente primero debería decir cuántos mercenarios ha enviado ahí. Del lado de los ucranios, combaten estadunidenses de piel negra, amarilla y blanca, secundó Lukashenko.

El problema, indicó Putin, es que Estados Unidos se considera un país excepcional, que se permite cometer lo que él mismo califica de delito, me refiero a utilizar de la forma más amplia posible bombas de racimo, pero en este caso lo hace a través de los ucranios.

Según él, Ucrania no debe bailar al son de otros, en alusión a lo dicho por el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, en el sentido de que para bailar tango se requieren dos, sugiriendo que Rusia rechaza negociar con Ucrania las condiciones para cesar las hostilidades.

EU no puede bailar tango con nadie

Putin reviró que EU no puede bailar tango con nadie porque intenta resolver todas las controversias desde una posición de fuerza y reiteró que Rusia nunca ha rechazado negociar con Ucrania, pero si quiere hacerlo debe decirlo directamente.

Por su parte, el canciller Serguei Lavrov anticipó que pronto vendrá a Moscú el enviado del papa Francisco, el cardenal Matteo Zuppi, quien en su anterior viaje a la capital rusa se entrevistó con Yuri Ushakov, asesor presidencial de asuntos internacionales, María Lvova-Belova, comisionada presidencial para asuntos de la infancia, y también con Kiril, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa.

“Continúan los esfuerzos del Vaticano, cuyo enviado planea visitarnos nuevamente. Nosotros estamos dispuestos a reunirnos con todos, a hablar con todos, y a estudiar todas las propuestas serias, (…) pero la pelota no está en nuestro campo. Todas las pelotas, que ya son muchas, están en el campo del régimen de Kiev”, señaló Lavrov en una mesa redonda organizada el viernes por la Academia Diplomática.

Entre tanto, el líder norcoreano, Kim Jong-un, quien se encuentra en Rusia desde el pasado martes, visitó este sábado el aeródromo militar de Knevichi, a 50 kilómetros de Vladivostok, donde el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, le mostró tres aviones estratégicos y misiles hipersónicos Kinzhal (Puñal), instalados en cazas Mig-31.

El ministerio de Defensa ruso difundió un video en el que puede verse a Kim sonriente, acompañado por Shoigu, caminando entre los aviones y haciendo preguntas sobre las características de un bombardero estratégico Tu-160, un bombardero con turbohélice Tu-95MS y un bombardero pesado de largo alcance Tu-22M3.

Después, en el puerto de Vladivostok, Kim y Shoigu inspeccionaron la fragata Mariscal Shaposhnikov, que la Armada rusa asegura puede destruir submarinos y buques de guerra a grandes distancias.

Tras reunirse con Putin el miércoles anterior, Kim dedicó tres días a visitar fábricas de la industria militar y a ver exhibiciones de armas. Aunque no hay información oficial sobre su programa de estancia, el hecho de que el líder norcoreano haya llegado este sábado a Vladivostok –cerca de la estación fronteriza de Jasán, donde lo espera su tren blindado– sugiere que su visita está próxima a concluir.