Por primera vez, Sergio Omar Gastélum es un mánager campeón. Tiene una carrera breve, apenas en 2018 debutó y en 2020 no pudo ejercer por la cancelación del torneo en la pandemia de covid-19. Llegó al inicio de esta temporada a dirigir a Pericos de Puebla y la noche del 15 de septiembre pasado culminó con el título de la Liga Mexicana de Beisbol al vencer en el sexto juego de la Serie del Rey a los Algodoneros de Unión Laguna.

Este campeonato fue inédito. No hay que olvidar que Pericos llegó a la postemporada como el mejor perdedor. El rival más débil, entonces, tuvo que enfrentar al superlíder de la liga, los Diablos Rojos del México. Sólo un supuesto del mito de David contra Goliat, porque a decir verdad los de Puebla nunca lucieron vulnerables y eliminaron a la novena escarlata. Nunca antes un mejor perdedor terminó campeón de la LMB.

“No puedo describir un campeonato como éste, porque fue muy peleado desde la primera serie de playoffs”, recordó Gastélum minu-tos después del festejo en el estadio de la Revolución, en Torreón, Coahuila. Es un título que le regala uno a una ciudad y a sus habitantes, difícil de explicar lo que eso significa para nosotros.

Gastélum supo cómo llevar a un equipo contra las señales adversas. La serie inició con dos derrotas consecutivas precisamente en su visita a Torreón. Pero al volver a Puebla todo cambió y los emplumados ganaron todos los partidos hasta el sexto definitivo.

El viernes en plena noche de fiestas patrias, los Pericos llevaron la Serie del Rey a ese partido crucial y volvieron a Torreón para coronarse. Bien explica Gastélum que fue un partido peleado como lo fueron los playoffs, donde después de Diablos Rojos, eliminaron a los campeones Leones de Yucatán.

Tres victorias consecutivas, pero aún faltaba el remate para firmar una temporada cifrada por el heroísmo poblano. Y aunque parecía que el duelo estaría bajo control con dos carreras que anotaron los Pericos en el segundo rollo, todo se complicó en la sexta entrada cuando los Algodoneros les propinaron un rally de cuatro rayas que puso todo de cabeza y la pizarra 4-2 en fa-vor de los de Unión Laguna.

El noveno episodio parecía pensado para atizar el drama. O Unión Laguna seguía con vida y empata-ba la serie para definir en un séptimo partido, o el mejor perdedor de la temporada hacía historia. El boricua Danny Ortiz bateó al jardín derecho y produjo las dos carre-ras del empate. Estaba desquiciado el juego y los aficionados no sabían si permanecer pegados al asiento o de pie para controlar los nervios. Entonces, Cristhian Adames cumplió el rol de héroe y con un impa-rable empujó a Miguel Guzmán para anotar la de la victoria (5-4).

Sólo puedo expresar mi gratitud a la afición que nos apoyó y abarrotó este estadio (en Torreón), que hizo el esfuerzo para acompañarnos y vino a otra ciudad, que vivieron con sufrimiento este campeonato, agradeció Gastélum.