un revolucionario profesional
Miércoles 6 de septiembre de 2023, p. 10
Un revolucionario profesional
e intelectual de amplia experiencia fue como amigos y colaboradores cercanos recordaron al historiador, escritor y politólogo Adolfo Gilly, quien el pasado lunes cumplió dos meses de fallecido.
En el homenaje titulado Capitalismo, historia y política: Adolfo Gilly, el coordinador de la sección Opinión de La Jornada, Luis Hernández Navarro, destacó que fue un escritor que gozó del privilegio de enviar textos en los que no se le imponían límites de extensión, además de que hizo algunas contribuciones para Rayuela y editoriales.
Al recordar una serie de anécdotas que lo retratan como un revolucionario durante 48 años, Hernández Navarro subrayó que incluso el gobierno de Estados Unidos lo calificó de una amenaza para la paz, por todo su activismo político y social en América Latina.
Imanol Ordorika Sacristán, director de Evaluación Institucional y compañero de luchas estudiantiles, comentó que el autor de La revolución interrumpida sabía ganarse el respeto, cariño y reconocimiento con facilidad, por su dedicación a hacer revolución y vivir para reflexionar constantemente sobre la transformación.
En la sala Lucio Mendieta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde Gilly fue profesor, el Centro de Estudios Sociológicos organizó este homenaje a fin de que personas cercanas relataran algunos episodios de su vida y dieran cuenta de su incansable lucha a favor de las causas sociales.
El periodista y escritor Hernández Navarro recordó que en agosto de 2016, cuando estaba en pleno apogeo el repudio a la reforma educativa de Enrique Peña Nieto
, el militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores participó en una conferencia organizada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), donde fue el orador más ovacionado por el magisterio nacional.
Con absoluta humildad, ya con 90 años, agradeció a los maestros el esfuerzo de lucha. Recordó sus plantones bajo la intemperie padeciendo la persecución y dijo soy normalista, en la escuela normal aprendí a ser maestro
, relató.
En ese mensaje habló con su corazón de viejo normalista, al que más se le aplaudió y fue conmovedor, sacando lágrimas a los maestros
.
Al asegurar que escribía de manera literaria e histórica, Ordorika indicó que Adolfo fue un hombre joven hasta que murió, porque interactuaba con las personas de manera directa, no había soberbia, sino alguien revolucionario
.
Argentino de nacimiento y naturalizado mexicano en 1982, el consejero de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano entre 1997 y 1999 –cuando éste fue el primer jefe de Gobierno de la Ciudad de México–, se convirtió en un gran puente para que la izquierda se acercara al cardenismo en el movimiento que dio lugar al Partido de la Revolución Democrática (PRD).