Moscú. Tras reunirse en la capital rusa ayer, quedó claro que Serguei Lavrov y Hakan Fidan, cancilleres de Rusia y Turquía, respectivamente, no pudieron ponerse de acuerdo sobre cuál de las dos propuestas para facilitar la exportación de cereales desde el mar Negro debe ser discutida como prioritaria por sus líderes, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, en su próximo encuentro, acordado en principio y cuya fecha y sitio serán anunciados más tarde.

Al menos en la conferencia de prensa que ofrecieron al término de sus conversaciones, Fidan puso el acento en defender que no hay alternativa a la Iniciativa Alimentaria del mar Negro, alcanzada con la mediación de Turquía y de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en julio de 2022 y suspendida por Rusia el 18 de julio pasado, alegando incumplimiento de sus exigencias.

Con la activa asistencia de Turquía, la ONU preparó un paquete con nuevas propuestas sobre el pacto de los cereales. Consideramos que pueden servir de buena base para reanimar el acuerdo, afirmó el canciller turco y ofreció: Vamos a insistir. Este acuerdo es extremadamente importante tanto para la seguridad alimentaria mundial como para la estabilidad y la paz en la región del mar Negro.

El ministro ruso de Relaciones Exteriores, por su parte, confirmó que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, le entregó durante la cumbre de los BRICS en Sudáfrica, celebrada del 22 al 24 de agosto pasados, sus nuevas iniciativas y dijo que Rusia necesita garantías y no promesas para reanudar el pacto de los cereales.

En cuanto no sean sólo promesas, sino garantías sólidas, con resultados concretos que se puedan hacer realidad mañana mismo, se reanudará en ese justo momento la instrumentación de ese paquete de propuestas en su totalidad, ofreció y lamentó: Por ahora todo se limita a promesas. No hay una sola garantía.

Para Lavrov, Estados Unidos y sus aliados son los responsables de que no se pueda restablecer el convenio de exportación de granos al impedir que se cumplan las exigencias del gobierno de Putin.

Rusia, por mencionar una de sus demandas, quiere que se incorpore sin ningún tipo de restricción a su banco agrario, el Roszeljozbank, al sistema de transferencias internacionales SWIFT y, según trascendió, la ONU propuso que Rusia instaure una filial de ese banco exclusivamente para transacciones relacionadas con el pacto de los cereales, pero el Kremlin lo rechazó, igual que la contraoferta de que las transferencias se hicieran mediante el Afreximbank, acrónimo en inglés del Banco Africano de Importación y Exportación.

Lavrov promovió con insistencia la idea de sellar un acuerdo trilateral –Rusia, Turquía, Qatar– que ya no se sabe cuál de los tres la presentó primero, para exportar un millón de toneladas de granos rusos, que empresas turcas adquirirían a precio subsidiado y, una vez convertidos en harina, la mandarían a los países más necesitados, financiando las operaciones el emirato del Golfo Pérsico.

Se comenta que el 20 de agosto en Budapest, la capital de Hungría, se celebró un encuentro de los tres países, donde podrían haber delineado un posible acuerdo, pero este jueves el vocero de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, aseguró que todavía no hay una vía alternativa para exportar cereales desde el mar Negro.

Los presidentes Putin y Erdogan tendrán que decantarse por alguna de las dos propuestas que defendieron sus cancilleres y, ante la posibilidad de que ninguno dé su brazo a torcer, las respectivas diplomacias trabajan estos días para que su reunión no resulte un fracaso completo.

Así, se interpreta que Lavrov haya confirmado ayer el compromiso de Rusia de cumplir todos los acuerdos para aumentar la exportación de gas natural a Turquía y a los países europeos interesados.

Moscú está dispuesto a redirigir hacia Turquía el hidrocarburo que ahora no puede suministrar vía los gasoductos Nord Stream 1 y 2, creando en la región turca de Tracia un centro de distribución del combustible azul para Europa, un proyecto que ofrece beneficios a ambos países y que hasta ahora no se ha concretado.

Nuevo video de Prigozhin echa leña al fuego

Días antes de estrellarse su avión, el fallecido jefe de los mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, aseguró que todo va bien en un video que el canal Grey Zone dio a conocer ayer en Telegram, echando más gasolina al fuego de las especulaciones de que los verdaderos traidores de Rusia mataron al malogrado magnate, enterrado en San Petersburgo en medio de estrictas medidas de seguridad y sin los honores militares que le corresponderían al haber recibido la condecoración de Héroe de Rusia.

Para los que debaten si estoy vivo o no, cómo me van las cosas: es fin de semana, segunda mitad de agosto de 2023, estoy en África. Por ello, a los aficionados a hablar sobre mi muerte, de mi vida privada, de qué tan rico soy u otras cosas por el estilo, les diré que todo va bien, afirma Prigozhin y levanta una mano en señal de saludo, sentado con uniforme de camuflaje en un vehículo militar.

Parece una variante desechada del mensaje, también grabado en el mismo escenario, que sí se difundió desde África, el primero y único a partir de la fallida rebelión de sus mercenarios, el 24 de junio, cuando Prigozhin dejó de hacer videos en las redes sociales.

La intención de Grey Zone, y de los demás canales afines a los Wagner que reprodujeron el video ayer, es dar a entender que Prigozhin no tenía la intención de regresar a Moscú y que alguién le tendió una trampa haciéndole venir de urgencia a Rusia, donde el mismo día que volvió y, tras reunirse con funcionarios del gobierno, decidió volar hacia San Petersburgo, su ciudad natal, con su plana mayor, estrellándose su avión, por causa aún desconocida.

Esta hipótesis circula ampliamente en esos canales, que critican a las autoridades por no dar a conocer ningún avance de la investigación que lleva a cabo el Comité de Instrucción de Rusia y por rechazar el ofrecimiento del fabricante del siniestrado jet Embraer de colaborar en el análisis de las cajas negras y otros aspectos técnicos.