arece una miscelánea, se encuentra en la avenida Juárez 32, en el corazón de Atizapán de Zaragoza, estado de México, en medio de una docena de centros nocturnos y ante el riesgo de no sobrevivir. La librería Monicongo es un espacio de debate, de diálogo abierto para escritores y lectores. Se puede oler los libros antes de verlos, un olor a polvo y a viejo. Al fondo del establecimiento, una pequeña cocineta ofrece café a los visitantes que hacen posible su existencia.
Con una pequeña herencia, la venta de un automóvil, un terreno y sobre todo con el apoyo de la comunidad, Libros Monicongo cuenta con alrededor de 15 mil ejemplares, algunos de segunda mano. Actualmente cuenta con un colectivo que integran vecinos, maestros de danza y música, directores de escuela y artistas plásticos, con el fin de apoyar y continuar con talleres de lectura, ajedrez, exposiciones, presentaciones de libros, conferencias, etcétera.
Un par de utopistas, Clara Zamora, licenciada en literatura dramática y teatro, y Silvestre Barrios, licenciado en letras clásicas, los dos egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México, fundaron hace dos años la librería Monicongo, nombre alto, sonoro y significativo, poeta creado por Miguel de Cervantes Saavedra en el capitulo LII de la primera parte de la novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
El Monicongo, académico de la Argamacilla a la sepultura de Don Quijote escribe el siguiente epitafio:
“El cavaltrueno que adornó a la Mancha
de más despojos que Jasón de Creta,
el juicio que tuvo la veleta
aguda donde fuera mejor ancha,
el brazo que su fuerza tanto ensancha,
que llegó del Catay hasta Gaeta,
la musa más horrenda y más discreta
que grabó versos en broncínea plancha,
el que a cola dejó los Amadises
y en muy poquito a Galaores tuvo,
estribando en su amor y bizarría,
el que hizo callar los Belianises,
aquel que en Rocinante errando anduvo,
yace debajo de esta losa fría.”
En Libros Monicongo los ejemplares cuestan lo que valen y se pueden encontrar: El gran libro de la arqueología, con textos de varios autores como Fabio Bourbon, Sara Demichelis y Guido Massimo Corradi; Los nueve tomos de la Historia de la Ciudad de México, de Fernando Benítez; Pablo Picasso 1881-1973, edición a cargo de Ingo F. Walther, de la editorial Taschen, o La iconografía de Teotihuacan: Los dioses y los signos, de Hasso Von Winning, editado por la Universidad Autónoma de México en 1987, así como una joya editorial, Dulcinium: El amor perdido de Cervantes, de Ángela Rodicio.
Como parte de las actividades de la librería, el pasado 26 de agosto Evelina Gil, ensayista y periodista cultural, autora de Réquiem para una muñeca rota, entre otros, ofreció la conferencia magistral “Mujeres invisibilizadas del boom latinoamericano”. En 2022 el periodista y escritor Pedro Miguel presentó en el kiosco de la plaza Adolfo López Mateos El último suspiro del conquistador y, en 2023, Pedro Salmerón el libro El fundador de California, obras que también están en la librería.
Las editoriales que distribuyen sus libros en la librería Monicongo son Cifuentes y Colofón, Turner, Ítaca, Akal, Ediciones Leyenda, Editorial Éxodo, Siglo XXI, Editorial Praxis, La Jornada, Altres Costa Amic, Editorial Mexicana Independiente, Editorial Juventud, Editorial Kreko, Olinyoli –que distribuye libros editados en las Islas Canarias de autores africanos– y Editorial Ala de Avispa.
Ante las nuevas tecnologías digitales, todavía podemos conservar uno de los mayores placeres, además de la lectura: el tacto de los libros.
Monicongo es un lugar de memoria donde libros y editoriales habitan aún nuestras vidas.
¡Largo aliento a Libros Monicongo!