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Ver día anteriorLunes 17 de julio de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Brutal endeudamiento mundial // Mafia financiera, única ganona // Débito creció 541%

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a solución a las recurrentes crisis que se han registrado en el planeta ha sido el brutal endeudamiento de las naciones, todas ellas perdedoras, con una sola ganadora: la mafia financiera internacional que ha devastado la economía de la mayoría de los países, cuyas condiciones sociales se mantienen precarias y empeorando. A estas alturas, el remedio recetado por los organismos internacionales y sus tecnócratas titiriteros ha sido veneno puro para el desarrollo de los pueblos.

La información es contundente: la deuda pública global (interna y externa) se ha incrementado 541 por ciento desde 2000, al pasar de 17 a 92 billones de dólares al cierre de 2022. Ese año, los países en desarrollo debían casi 30 por ciento del total, del cual aproximadamente 70 por ciento es atribuible a China, India y Brasil, con la salvedad que el gigante asiático no ha dejado de crecer económicamente y desarrollarse socialmente. Esas naciones asignan más recursos a pagar intereses que a la salud o educación, por lo que urge un mecanismo de restructuración, suspensión de pagos, plazos más largos y tasas más bajas para los países pobres y de renta media en situación vulnerable.

Parece que la Organización de Naciones Unidas (ONU) salió de su letargo, así sea momentáneamente, y en su informe Una carga cada vez mayor para la prosperidad mundial advierte que la deuda pública en todo el mundo ha ido en aumento durante las últimas décadas; las crisis en cascada de los últimos años desencadenaron una fuerte aceleración de esta tendencia. Como resultado, la deuda pública mundial se ha multiplicado por más de cinco desde el año 2000, superando claramente al PIB mundial, que se triplicó en el mismo periodo.

El informe de la ONU subraya que la mitad de la humanidad vive en países que se ven obligados a gastar más en el servicio de su deuda que en salud y educación, lo que significa nada menos que un desastre para el desarrollo. Cincuenta y dos naciones representan 40 por ciento del mundo en desarrollo y están en graves problemas de deuda, por lo que es urgente el alivio fiscal para esas economías.

La deuda pública total de los países en desarrollo aumentó de 35 por ciento del producto interno bruto en 2010 a 60 por ciento en 2021. El débito externo creció de 19 a 29 por ciento del PIB en el mismo periodo. Comparar los niveles de deuda con la capacidad de los países en desarrollo para generar divisas a través de exportaciones muestra que su capacidad también se ha ido deteriorando. La participación de la deuda pública externa en las exportaciones aumentó de 71 a 112 por ciento en el periodo citado y el servicio de la deuda pública externa como la proporción de las exportaciones de 3.9 a 7.4.

Los países en desarrollo enfrentan importantes desafíos adicionales debido a los altos niveles de interés público externo, lo que los hace más vulnerables a los choques externos. Cuando las condiciones financieras globales cambian o los inversionistas internacionales se vuelven más reacios al riesgo, los costos de endeudamiento pueden dispararse de repente. De manera similar, cuando la moneda de un país se devalúa, los pagos de la deuda en divisa extranjera pueden dispararse, dejando menos dinero para gastos de desarrollo.

Cuando las naciones en desarrollo recurren a la deuda deben pagar tasas de interés mucho más altas en comparación con los países desarrollados. Incluso, sin considerar las fluctuaciones del tipo de cambio, los países africanos se endeudan, en promedio, a tasas cuatro veces más altas que en Estados Unidos y ocho que en Alemania. El alto endeudamiento y los crecientes costos dificultan que los países en desarrollo financien inversiones importantes, lo que a su vez socava aún más la sostenibilidad del débito y el progreso. Los pagos de intereses en los países en desarrollo han crecido más rápido que el gasto público en salud, educación e inversión en la última década, y exprimen el gasto en estas áreas clave.

En la última década la porción de deuda pública externa contraída con acreedores privados aumentó en todas las regiones, y en 2021 representó 62 por ciento del total en los países en desarrollo (74 por ciento en el caso de América Latina). Los préstamos de fuentes privadas son más caros que los multilaterales y bilaterales; además, la creciente complejidad de la base de acreedores hace más difícil completar con éxito una restructuración de la deuda.

Las rebanadas del pastel

En síntesis, una bomba con mecha cada día más corta.

Twitter: @cafevega