La Cámara de Diputados le rindió un homenaje de cuerpo presente
Martes 11 de julio de 2023, p. 10
En el recinto donde protagonizó episodios claves de la democracia contemporánea y debates que quedan en la memoria legislativa, Porfirio Muñoz Ledo recibió un homenaje luctuoso de cuerpo presente. Sobre su féretro, situado al pie de la tribuna de la Cámara de Diputados, fue colocada una bandera de México y, en un gesto que conmovió al pleno, el panista Juan Carlos Romero Hicks se inclinó y la besó.
Muerto el crítico de su propio partido, el coordinador de Morena, Ignacio Mier –con quien Muñoz Ledo se confrontó– le dedicó una elegía y lo llamó hombre mítico, demócrata, estadista, patriota, parlamentario insigne, líder de la Cuarta Transformación. ¡Salve, Porfirio!
En 1988 Muñoz Ledo salió de este salón entre gritos de priístas que le reclamaron la interpelación a Miguel de la Madrid; en 1997 fue aclamado tras la respuesta al Informe de Ernesto Zedillo. Polémico hasta el final, el ataúd con sus restos fue despedido ayer del pleno de sesiones en un tumulto.
El cortejo fúnebre llegó a la una de la tarde en punto. La carroza fue recibida en el frontispicio del Palacio Legislativo por el presidente de la Cámara, Santiago Creel Miranda (PAN), Ignacio Mier, la vicecoordinadora de Morena Aleida Alavez y algunos diputados.
Los primeros dieron la bienvenida y el pésame a Porfirio Thierry, Alejandro, Lorena y Verónica Muñoz Ledo, hijos del ex dirigente partidista y ex parlamentario, así como a sus nietos.
A la ceremonia –que se prolongó más de dos horas y en la cual se cantó el Himno Nacional y se dio un minuto de aplausos– acudieron apenas un centenar de diputados. El resto de las curules fueron ocupadas por personal de la Cámara.
Como presidente de la Junta de Coordinación Política, Mier abrió las posturas en memoria de Muñoz Ledo: En la odisea mexicana por la democracia fue uno de los más brillantes, lúcidos y audaces estrategas de la historia política de México, con sus ideas fue posible la revolución sin armas de 1988. Frente a un régimen autoritario, negado a abrirse a la pluralidad, marcó el sendero para la apertura de la democracia en México
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Incluso señaló que a Muñoz Ledo la historia nacional le habría reservado un gran capítulo: colocar la banda presidencial al líder de la Cuarta Transformación, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su partida es una pérdida colectiva e irreparable
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Fuera del protocolo, más allá de la participación de su compañera Marcela Guerra, el diputado Augusto Gómez Villanueva pidió intervenir desde su curul.
Integrantes ambos del gabinete de Luis Echeverría (1970-1976), Gómez Villanueva argumentó: “Porfirio me preguntaría ‘¿por qué no hablaste, Augusto?’ Hermano y compañero de toda una vida, y ante sus hijos y nietos, quiero dejar constancia de lo que nos unió”.
El diputado priísta resaltó que no es momento del juicio sobre Muñoz Ledo porque su herencia no se medirá en lo material, sino en su gran aportación a la libertad política y a la justicia de México. Me atrevo a decir que su última voluntad fue reintegrar su retrato al óleo en el salón Presidentes de la sede nacional del PRI
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Aleida Alavez precisó que en Morena no sorprendió ni molestaron las críticas al movimiento y al Presidente. Era parte de su esencia el ser crítico, incisivo que increpaba a quien contestaba el poder
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En septiembre de 2019, desde la presidencia de la Cámara, Muñoz Ledo soltó a su bancada: ¡Chinguen a su madre, qué manera de legislar!
Ayer, en la memoria, Alavez cerró: el cambio de régimen es gracias a Porfirio. Nos quedamos con sus críticas, consejos, y por qué no, hasta sus groserías
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