Boreal
n lugar en medio de la nada. Para su primer largometraje de ficción, Boreal (2022), coproducción de Paraguay y México, el realizador y guionista Federico Adorno propone un interesante punto de partida: mostrar las condiciones infrahumanas de explotación laboral en una zona rural de Paraguay a partir de un microcosmos de miseria humana, el caso de tres trabajadores contratados por un terrateniente para construir una larga valla divisoria en sus terrenos en El Chaco, una región desolada. Conducidos en camioneta hasta ese lugar remoto, Genaro, César y Benjamín se ocupan de cortar la madera y apuntalar los pilotes de la barda, y pronto tomarán conciencia de su condición de absolutos parias laborales, incomunicados y virtualmente abandonados, en lo que lejos de ser un lugar agradable y hospitalario se vuelve una prisión virtual de la que no es posible escapar al no haber alrededor posibilidad alguna de refugio y por el riesgo de padecer privaciones aún mayores que las ya impuestas: dormir a la intemperie, ingerir escasos alimentos enlatados y bañarse en aguas pantanosas.
La película contrasta la inquietante aclimatación de Genaro y César personajes ya maduros –el segundo casi embrutecido por el alcohol– a condiciones adversas que les son pese a todo familiares y tranquilizadoras, con la progresiva actitud de rebeldía de Benjamín, joven con ambiciones muy distintas, quien no consigue aceptar esa situación extrema de explotación feudal. Esa clara oposición generacional entre el conformismo y un anhelo de emancipación es el reflejo de una crisis mayor marcada por polarizaciones nefastas, productos a su vez de una marcada desigualdad social en el país. Nada de esto es, por supuesto, materia explícita en la cinta, aunque la deducción es inevitable. Se trata de un cine minimalista, de ritmo tan lento como la espera a que son sometidos los trabajadores explotados. Las referencias estéticas declaradas del cineasta son al respecto elocuentes: Robert Bresson, Chantal Akerman y su connacional Paz Encina (Hamaca paraguaya, 2006), todos ellos maestros aquí insuperados. Hay por lo demás pocos diálogos en la película, y la mayoría son en guaraní y por ello incomprensibles sin subtítulos en español. Boreal es muestra característica de un cine independiente y contemplativo sin mayores ventanas de exhibición que las que favorece su paso por festivales internacionales. Su apuesta artística arriesgada encuentra en el Foro de la Cineteca una plataforma de promoción muy valiosa.
Se exhibe en la sala 7 de la Cineteca Nacional a las 14:30 y 19 horas.