Jueves 6 de abril de 2023, p. 29
Entre judas con forma de payaso, muñecas y calacas destaca un diablo bigotón que recuerda a un ex presidente. Felipe Mota Jerónimo confirma que es Vicente Fox, y aunque es tradición quemarlos durante el Sábado de Gloria –porque representan al apóstol que traicionó a Jesús–, la gente prefiere llevarlos como objetos decorativos y de colección.
Descendiente de una familia de comerciantes y artesanos, desde hace años ofrece en estos días sus productos de cartonería en calles del centro histórico de Coyoacán, hoy tiene 30 años y recuerda que cuando cumplió 12 acompañaba a su papá al puesto que instalaba allí mismo, en el cruce de Avenida México, calle 3 y Sebastián Lerdo de Tejada, en la colonia Del Carmen.
Sus padres, una hermana y un primo atienden otros locales en los alrededores de la colonia, protegidos con sombrillas de las que cuelgan figuras de diablos y calacas más elaboradas, como las montadas en bicicleta, mientras el de él tiene judas de mayor tamaño, sobre todo calacas articuladas y con cuernos, pintadas de rojo, que son más atractivas para sus clientes que los diablos, porque aunque éstos tienen un aspecto burlón que los ridiculiza, como el de Fox, no los compran porque dicen que les da miedo
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Cuestan desde 150 pesos hasta mil 500 el de mayor tamaño, como el que exhibe de más de un metro de altura con todo y cuernos, el cual tarda casi una semana en elaborar, pero dice que sobre pedido los hace más grandes y del diseño que le pidan –catrines y con las características de algún oficio o personaje–, aunque confiesa que el más pedían era de otro ex presidente, Carlos Salinas, y de hecho su hermana en el puesto de Belisario Domínguez y Centenario tiene algunos diablos que se parecen.
Los pequeños son los que se terminan pronto porque son más fáciles de llevar y los turistas los compran como recuerdo.
Felipe cuenta que sus abuelos también eran comerciantes y elaboraban cartonería para esta temporada que vendían en el Centro Histórico, pero salieron de esa zona con los reordenamientos para sacar al comercio informal de las calles del primer cuadro y ahora allí sólo venden banderas para celebrar las fiestas patrias.
Sus figuras, judas y calacas las elaboran en su casa, en el centro de la ciudad, y trabajan en ellas sus papás, su esposa y su hermana. Sus tíos y su primo también practican el oficio y espera que también su hijo, que ahora tiene cinco años, continúe con la tradición.
En lo que resta del año, sobre todo para la celebración del Día de Muertos, también llevan a vender sus figuras al centro de Coyoacán, donde dos de sus puestos son permanentes con otro tipo de artesanías como alebrijes, rebozos y sombreros mexicanos.