Hubo visitantes de otras partes del país, asiduos lectores de las publicaciones del Fondo
Lunes 6 de marzo de 2023, p. 7
El Tendido de Libros que el Fondo de Cultura Económica (FCE) instaló en el Palacio Postal concluyó este domingo con una asistencia media de 3 mil personas diarias, entre el 24 de febrero al 5 de marzo, informó uno de los responsables de esa venta.
Detalló a este diario que entre semana recibieron alrededor de 2 mil 500 personas durante cada jornada, y el sábado y domingo se acercaron a 3 mil 500 visitantes. El sábado fue muy intenso
, dijo.
El encargado explicó que la cantidad de asistentes está limitada por el resguardo del espacio, donde aún se realizan actividades del Servicio Postal Mexicano, por lo que llevaron 30 mil libros en comparación con los 50 mil que han ofertado en otros de sus tendidos de libros. En esta ocasión, exhibieron unos 8 mil títulos.
Relató que parte de los asistentes provenían de varios estados de la República Mexicana, que ya son lectores asiduos del FCE, entre ellos muchos estudiantes universitarios. Se trata, dijo, de una experiencia interesante, pues el acceso al recinto, de gran belleza arquitectónica, es gratuito.
En una escena inusual en el acceso al edificio histórico, en la calle de Tacuba, las familias preguntan a los custodios dónde están los libros, que parece una contraseña para tener el paso franco hacia el salón donde se desarrolló esta venta. Más allá, bajo un impresionante domo se hallaba un centenar de personas revisando los títulos organizados en géneros y colecciones de la editorial del Estado mexicano.
Los apartados en que se dividió la oferta libresca eran Vientos del Pueblo, historia, sociología, economía, novedades, narrativa escrita por mujeres, ciencia y tecnología, literatura para niños. En ocasiones hay una fila de 10 compradores esperando pagar los ejemplares que se llevan.
El empleado del FCE contó que algunos de los libros más vendidos son Cuentos reunidos, de Adela Fernández; Historia del pueblo mexicano, así como diversos títulos de narradoras mexicanas, entre ellas Rosario Castellanos, Josefina Vicens, Amparo Dávila e Inés Arredondo.
Contó que también tienen mucha aceptación los textos de ciencia, tecnología e historia de México, entre los que destacan los de códices mexicanos, la cultura mexica y sitios arqueológicos en el país. .
La mayoría de quienes los visitan son jóvenes estudiantes e investigadores del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Los mejores compradores de libros para niños son adultos
, añadió.
Una familia de universitarios, que llevaba alrededor de 30 ejemplares, contó que vino expresamente a este tendido a adquirir títulos de historia, letras mexicanas, ciencias y humanidades, algunos de ellos para sus hijas. Se dijeron lectores constantes del FCE.
Más allá, una chica apenas puede cargar la docena de títulos que lleva. Otra escena es una pequeña que porta dos ejemplares y seguía observando emocionada y curiosa las mesas con textos para niños.
Entre los títulos ofertados, una selección de poesía de la Nobel de Literatura polaca Wislawa Szymborska, por 157 pesos; El huésped y otros relatos siniestros (ilustrado), de Amparo Dávila, por 272 pesos; Cuentos completos, de Inés Arredondo, en 221 pesos, y varios de la autora alemana Cornelia Funke, con precios entre 148 y 160 pesos.
Paco Ignacio Taibo II, director del FCE, negó que este sello tenga un conflicto con la UNAM por haber faltado a la edición 44 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (La Jornada, 4/3/23).
Aclaró entonces que la bronca
es con la feria, que depende de un fideicomiso y no de la universidad, luego de que este año subió los precios de los espacios para el encuentro editorial.
“Están cobrando 11 mil 500 pesos por metro para poner un estand (…) Es la feria más cara del país; es el doble de lo que cobran las de Bogotá y de Buenos Aires; además, cobran por los salones para dar conferencias”, agregó.
El también historiador hizo hincapié en que su tendido en el Palacio Postal ha funcionado muy bien: Nos fue a toda madre; hemos vendido un chingo de libros
.