os flujos migratorios se caracterizan por ser dinámicos y cambiantes y en el análisis se perciben constantes generales y también especificidades por cada país, que denotan procesos particulares. Para el caso de México y Estados Unidos contamos con dos fuentes de información relevantes, aunque parciales y sesgadas por las políticas migratorias de cada nación. Son los datos de detenciones en la frontera de Estados Unidos y en México, en este artículo analizaremos los casos de Haití, Cuba Nicaragua y Venezuela, sobre los cuales se ha hecho un acuerdo reciente entre los gobiernos estadunidense y mexicano.
En 2020 los flujos migratorios se vieron afectados seriamente por la crisis del covid-19 y como consecuencia al año siguiente hubo un incremento notable de migrantes, tanto en la frontera mexicana como en la estadunidense. Además de las políticas restriccionistas por la pandemia, Donald Trump inhibió a muchos migrantes, y chantajeó a México para que cerrara la frontera. Y así sucedió, de 130 mil capturas en mayo, por la Patrulla Fronteriza, bajaron a 30 mil en tan solo tres meses.
En 2021, ya con Joe Biden en el poder, los flujos de indocumentados se incrementaron notablemente, varios factores influyeron en este proceso. El relevo en la presidencia de Estados Unidos significó un cambio en la política migratoria, lo cual operó como un efecto llamado
, especialmente para el caso de los haitianos. Los datos son muy reveladores, en 2020 en México se capturaron mil 421 personas del país caribeño y al año siguiente fueron 19 mil. No obstante, ese flujo bajó drásticamente el año pasado. La mayoría de ellos lograron permanecer en Estados Unidos y acceder a refugio u otra fórmula para poder quedarse. El flujo migratorio haitiano es un fenómeno único, porque ellos llegaron de Brasil y Chile, donde habían vivido varios años.
Otro caso significativo fue el de Cuba, pues en 2020 fueron detenidos poco más de mil cubanos en México, al año siguiente la cifra subió a 7 mil. Además del cambio de administración en Estados Unidos, un factor relevante fue la posibilidad de viajar a Nicaragua, sin el requisito de la visa. Pero el incremento se multiplicó por tres en 2022, con la llegada a México y su correspondiente detención de 38 mil cubanos. No obstante, la cifra importante es la de las detenciones de la Patrulla Fronteriza, que llegaron a 224 mil cubanos.
Nicaragua también es un caso peculiar. Tradicionalmente los nicaragüenses emigran a Costa Rica, pero esto ha comenzado a cambiar en años recientes. En 2018 los migrantes de ese país detenidos en México fueron unos 2 mil, al año siguiente fueron 3 mil; luego, con la pandemia el flujo se contrajo a 842 migrantes, pero en 2021 subió a 11 mil, para terminar en 36 mil en 2022. Los nicas ahora son los nuevos protagonistas de los flujos migratorios que pasan por México. Para completar el panorama, la Patrulla Fronteriza capturó el año pasado a 164 mil nicaragüenses, una cantidad inusitada e inesperada. Las razones de este cambio son fundamentalmente políticas y consecuencia directa de la dictadura de Ortega-Murillo.
Por su parte, la migración venezolana, empezó su periplo hacia Estados Unidos después de la pandemia, según datos de aprehensiones en México, no pasaban de mil anuales entre 2018 y 2020. Los venezolanos se dirigieron fundamentalmente al sur de continente, a Colombia, Ecuador, Perú, Chile y otras naciones. Esto comenzó a cambiar en 2021 con 4 mil detenciones en México y se incrementó notablemente en 2022, con 81 mil casos. Un grupo numeroso optó por pedir refugio en México, pero la inmensa mayoría se fue a Estados Unidos. Ese año la Patrulla Fronteriza detuvo a 189 mil venezolanos.
Estos cuatro casos podemos considerarlos como atípicos y diferentes a la tradicional migración de mexicanos y centroamericanos, que también ha crecido en los pasados dos años. Los cuatro casos corresponden a países que tienen relaciones problemáticas y conflictivas con Washington. Para el caso de Haití, invadido e intervenido en varias oportunidades por Estados Unidos, no se encuentra ni vislumbra una solución, ni en el corto ni el mediano plazo. Pero es un paquete histórico y presente que le corresponde solucionar al imperio.
Lo otros tres casos pertenecen a los rescoldos de la guerra fría, donde tampoco dan pie con bola. Los socialismos de viejo y nuevo cuño generan, como nunca, migración. La política del bloqueo económico para Cuba, que dura más de medio siglo, debilita y empobrece a los cubanos de a pie, pero fortalece a la cúpula político militar. La misma política de sanciones se aplica para Venezuela y Nicaragua y ha provocado lo mismo, mayor pobreza y mayor emigración, mientras que los dictadores se sienten fortalecidos al tener un enemigo muy bien definido.
Paradójicamente, ahora México entra en la ecuación, como solución a los problemas migratorios generados por las políticas estadunidenses a estas cuatro naciones y tendrá que recibir aceptar a 30 mil migrantes por mes de ellas que serán regresados a México.
¡Vaya paradoja!