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Rememoran sus facetas como académico y luchador social

Miguel Concha, sembrador de justicia y paz; pobres y desprotegidos, lo que más amaba
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▲ Familiares y amigos acudieron al homenaje en el CUC, donde se develó una placa en honor del fraile.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de febrero de 2023, p. 8

Como un hombre bueno y un sembrador de justicia y paz, el sacerdote y defensor de derechos humanos Miguel Concha Malo fue recordado este sábado por sus amigos, familiares y colaboradores, quienes participaron en un homenaje luctuoso celebrado en el Centro Universitario Cultural (CUC).

Los asistentes a la ceremonia resaltaron la trayectoria de Concha –quien falleció el pasado 9 de enero a los 77 años de edad– en sus diversas facetas: como hombre de fe, académico y luchador social, siempre cercano a las necesidades de los pobres y los grupos más vulnerables de la sociedad.

Durante el acto, los responsables del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, fundado y dirigido por Concha, destacaron que el religioso dominico siempre le apostó a las juventudes como relevo generacional de su lucha y proyectaron un video en el cual se reseña la vida del activista.

En él se recordó que Concha Malo –colaborador de La Jornada– fue ordenado sacerdote en 1970 por el entonces obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, quien junto con otros personajes cercanos al Concilio Vaticano Segundo lo influyeron para que se decantara por la teología de la liberación y la pastoral social.

Juan Concha, hermano menor de Miguel, recordó los años de infancia y juventud del homenajeado, el momento en que decidió dedicarse a la vida sacerdotal, sus virtudes como orador y los estudios de sociología y teología que realizó en Francia e Italia.

Visiblemente conmovido, relató que Miguel Concha era muy sencillo y nunca le gustó el lujo ni el poder, y trajo a la memoria cómo algunas veces, al ir a comprar la leche y el pan para cenar con sus compañeros, llegaba sin pan a la casa que rentaban, por ir repartiéndolo a quien lo necesitaba.

Por su parte, fray Gonzalo Ituarte, actual director del Fray Francisco de Vitoria, apuntó que Concha Malo se formó como cura en un tiempo de efervescencia, de utopías y de transformaciones de la Iglesia, por lo que nunca fue ánima sola, nunca se excluyó ni se sintió por encima de los demás.

Una muestra de su carácter abierto a sus fieles y a las épocas que vivió fueron sus misas de rock, con baterías, trompetas y demás, celebradas en lo que hoy es el estacionamiento del CUC, así como su compromiso y entrega con sus alumnos de la UNAM y la Universidad Iberoamericana.

Entrevistado al término de la ceremonia, el obispo emérito Raúl Vera subrayó que Miguel Concha tenía las características de las personas sabias, a quienes les ha correspondido iluminar la parte de la historia del mundo que les toca protagonizar. Fue muy responsable con el liderazgo que adquirió y no lo utilizó para sí ni para cosechar fama.

En ese mismo tono, resaltó que para su compañero en la orden de los dominicos los pobres, la gente desprotegida, eran lo que él más amaba y apreciaba. Él animó a que se formara una coalición de trabajo por la justicia y la dignidad de los más abandonados de la sociedad. Toda su inteligencia y generosidad las puso al servicio de ello.

Durante el acto participaron activistas e integrantes de diversas organizaciones civiles, sociales y religiosas, entre ellas la Iglesia Bautista Shalom, la Asamblea General de los Pedregales de Coyoacán, Equipo Pueblo, Serapaz, la Red TDT, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, Damnificados Unidos de la Ciudad de México y otros colectivos, quienes recordaron el legado de Concha.

Al término de la actividad, se develó una placa en memoria del sacerdote y se realizó una ceremonia en donde los asistentes depositaron una flor y un papel con un mensaje sobre la labor social, religiosa y humanística de Miguel Concha.