Miércoles 8 de febrero de 2023, p. 14
En México nueve de cada 10 casos de leucemia linfoblástica aguda (LLA) se deben a factores socioambientales y no genéticos, afirma Elena Álvarez-Buylla, directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Los factores de riesgo incluyen la exposición a tóxicos ambientales como benceno, plaguicidas, contaminación del aire y actividades industriales, mientras la malnutrición se asocia con una alta mortalidad hospitalaria.
Explica a La Jornada que, de acuerdo con un estudio de Conacyt, que en breve se difundirá, se detectó que los niños más pobres, con peor alimentación, enfrentan mayor exposición a tóxicos, pues residen en comunidades que se sobrelapan con áreas industriales mal reguladas
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Como Estado, subraya, debemos tener la valentía y la honestidad de reconocer que para prevenir males como la LLA, hay que pensar muy bien cómo se estructuran los parques tecnológicos e industriales
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Por ello se trabaja con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y la Comisión Nacional del Agua para impulsar un cambio de reglamentación.
Estamos haciendo un llamado desde un punto de vista científico humanístico a impulsar un reordenamiento público-privado de los territorios, y a no permitir más que se generen estas zonas de muerte.
Las industrias que se benefician de la tierra, el agua y la atmósfera deben responsabilizarse y pagar lo que se deba para generar zonas donde la gente pueda vivir y no enfermar. Sabemos que es un reto enorme que implica todo un proceso de concertación público-privada, que no se resolverá a corto plazo
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Con el Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia (Pronaii) del Conacyt para el estudio de la leucemia infantil, que coordina Rosana Pelayo Camacho, investigadora del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se alcanzaron, explica, importantes avances.
Los niños eran mal diagnosticados. Había malnutrición y una alta mortalidad hospitalaria porque no se optimizaban los tratamientos. No es tanto la falta de fármacos, como la necesidad de afinar diagnósticos y tratamientos
, apunta.
El Pronaii también logró, con el apoyo del Instituto de Salud para el Bienestar y el IMSS, instalar el Laboratorio de Citómica para el Cáncer Infantil (Cibior), convertido en sede nacional de referencia para 16 entidades en la detección de casos.
Se cuenta con una red hospitalaria intersectorial de registro y diagnóstico, en la que participan 23 sanatorios de Tlaxcala, Puebla y Oaxaca, que, junto con el Cibior, han detectado 382 nuevos casos de leucemias agudas en niños. Además, se logró disminuir la mortalidad, durante el primer año de tratamiento, para dos subtipos de leucemias.
Además, el Cibior, en alianza con los Centros de Referencia Estatal de Atención Pediátrica del IMSS, generan una capacidad anual de 3 mil 400 pruebas de diagnóstico, con una perspectiva de detección oportuna de mil 800 pacientes pediátricos.