Viernes 3 de febrero de 2023, p. 8
En vísperas de un aniversario más de la Carta Magna, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que, aún con todas las reformas que se le efectuaron en el periodo neoliberal, es una gran Constitución: no sólo es la letra, es el espíritu
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En su conferencia diaria de ayer, aseveró que su gobierno se empeñó en revertir algunas modificaciones, pero no se puede todo, dar marcha atrás a todo, es un proceso. Hay cosas que no son esenciales, y en política hay que saber priorizar
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Al hacer un repaso histórico del contenido constitucional, se remontó a la expropiación petrolera y recordó que el PAN surgió en contra de esa medida y de la política popular y patriótica
del presidente Lázaro Cárdenas.
Los blanquiazules se opusieron después a la educación pública, los libros de texto y la propiedad ejidal. Por eso, aseveró en alusión a las actuales alianzas entre el PRI y el PAN, cuando se agarran de la mano unos y otros, es un acto de incongruencia, es promiscuidad política. Un pragmatismo ramplón. ¿Cómo no se va a conocer esa historia? Y ahí, la verdad, no le echo la culpa tanto a los panistas
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Recordó además que durante el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994), cuando se acentuaron las privatizaciones y hubo cambios en el sentido que demandaban los panistas, decían en el blanquiazul: ‘‘Nosotros no nos sumamos a Salinas, al proyecto de Salinas de las privatizaciones: Salinas nos quitó el programa o hizo suyo nuestro programa”.
Los cambios al ejido comenzaron con Salinas y seguirían durante el gobierno de Felipe Calderón, aseguró López Obrador.
Refirió que su gobierno ha tratado de frenar algunos aspectos de esa política, que ya no siguieran esos despojos y recuperar, hacer justicia agraria, que lo hemos hecho, por ejemplo: restituir 20 mil hectáreas a los yaquis y otras acciones. Lo que hizo Salinas fue poner al mercado las tierras ejidales
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