Pandemia, guerra, crisis políticas...
Lunes 23 de enero de 2023, p. 22
Buenos Aires., La reunión cumbre de la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas (Celac) que se realizará mañana en esta capital sesionará en un momento muy difícil en América Latina, pero fortalecida por el regreso de Brasil, con la presencia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva que llegó anoche al país, y hoy comienzan las ceremonias oficiales, así como las reuniones con el presidente anfitrión, Alberto Fernández, con quien incluso hablarán de la utilización de una moneda común para las transiciones comerciales.
El encuentro de la Celac transcurre en el contexto de una crisis por las repercusiones de la pandemia en el mundo y la guerra, además de la abierta injerencia de Estados Unidos, como en todas las reuniones que se celebraron desde su puesta en marcha en noviembre de 2011, en Caracas, Venezuela.
Se lleva a cabo mientras la situación se agrava en Perú por la destitución y encarcelamiento del presidente Pedro Castillo, y la instalación de un golpe de Estado cívico-militar que dejó ya más de medio centenar de muertos. Esto, además de otros frentes de tormenta en varios países de la región.
En estos momentos el accionar de la oposición derechista en Argentina, agrupada en Juntos por el Cambio contra el gobierno de Fernández, se centra en las figuras de los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel. También estuvo en su mira el de Nicaragua, Daniel Ortega que no viene pero sí estará representado de manera oficial.
La presidenta de la derechista Propuesta Republicana (PRO), que encabeza la coalición Juntos por el Cambio, solicitó que la agencia antidrogas estadunidense, DEA, intervenga para detener al presidente Maduro a su llegada al aeropuerto para asistir a la cumbre y extraditarlo a Estados Unidos por estar acusado de presuntas alianzas con el narcotráfico.
Por su parte, el jefe de gobierno capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, dijo hablar en nombre de millones de argentinos preocupados por la decisión del gobierno nacional de invitar a los dictadores Maduro, Díaz-Canel y Ortega. No podemos normalizar ni permitir que el presidente abrace a dictadores
, señaló.
Pero las palmas se las llevó el ex presidente Mauricio Macri, quien en una carta enviada por sus redes de trolls, además de repudiar la presencia de los dos mandatarios manifestó sentir vergüenza de que nuestro país se asocie con estos dictadores
, y no perdió la oportunidad de hacer propaganda para las próximas elecciones presidenciales y agregó: una buena noticia es que antes de fin de año este gobierno terminará.
El presidente Fernández ratificó la invitación a Maduro, quien tendría también una reunión bilateral con el mandatario, al igual que con Díaz-Canel y otros gobernantes.
El gobierno se prepara para una semana que estará signada por la agenda internacional y que será muy importante
, escribió en Página /12 la columnista Melisa Molinai, destacando que la presencia de todos los integrantes es una muestra de diálogo y fortalecimiento regional
y que el presidente “quiere dejar esa foto como su última acción a cargo de la presidencia pro témpore de la Celac, que se coronará con la vuelta de Brasil al espacio y la presencia de su flamante presidente, Luiz Inácio Lula da Silva”.
La periodista y escritora Telma Luzzani recuerda en su columna de El Destape digital, que a 200 años de la doctrina Monroe, la Celac vuelve a reunirse para impulsar un proyecto común y plantearse un destino diferente al plan norteamericano de dominación
.
Por otra parte, sesionará en esta capital la Cumbre Social de la Celac, integrada por cien organizaciones políticas, de derechos humanos y otras que ya han acordado un documento muy importante que abarca los mayores problemas que afectan a América Latina, por la permanente injerencia de Estados Unidos. Ésta comenzará hoy en el Museo de Las Malvinas, ubicado en lo que fue el Centro de Detención y Exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada.
Hay demasiados símbolos que expresan mejor que nada el sentimiento de que no será una cumbre como otras, ya que todo parece haber llegado a un límite, del que depende el futuro de la región.