Domingo 22 de enero de 2023, p. 15
Zárate. Argentina atraviesa una de sus peores sequías en al menos 60 años, viendo comprometida gran parte de su cosecha agrícola, con pérdidas que se calculan en 11 mil millones de dólares, según datos de entidades financieras asociadas al sector.
Más de 50 por ciento del territorio del país está afectado por la falta de agua en sus suelos. Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soya, el tercero de maíz y el séptimo de trigo.
Las elevadas temperaturas, la ausencia de lluvias y otros factores previos como las heladas tardías amenazan la dinámica de los campos incluyendo a la actividad ganadera. En los cultivos de soya, maíz y trigo, se calculan pérdidas de 28.5 millones de toneladas, un 23 por ciento de la producción inicial esperada
, según previsiones de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Considerada la más fuerte en el último siglo, la sequía afecta al 55 por ciento del territorio argentino y con mayor fuerza a las zonas del norte de Buenos Aires, las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba (centro) y de Chaco, Formosa y Santiago del Estero, al norte del país.
Desde las parcelas de la ciudad bonaerense de Zárate, a 90 kilómetros de la capital federal, Martín Coarasa, productor agrícola y miembro de la Sociedad Rural Argentina, aseguró que se trata de la sequía más fuerte vista en los últimos noventa años.
Venimos de tres años y algo, consecutivos, de faltante de agua y, además, este año venimos de un invierno más seco de lo normal; la última lluvia importante fue el 25 de mayo de 2022 y prácticamente todo lo que es cosecha fina, de granos finos, como el trigo, la avena o la cebada, se hizo sin agua
, explicó Coarasa.
Creemos que tiene que ver el cambio climático. Se han dado circunstancias que no se habían dado nunca, hay lagunas que productores de 80 o 90 años jamás las vieron secas. Si durante 80 años tuviste una laguna con agua y ahora está seca significa que algo pasó
, comentó. Zárate es atravesada por el río Paraná, que desemboca en el Río de la Plata y cuyo nivel registra desde 2020 una baja histórica.
En el lado este de la ribera, la actividad forestal y ganadera registra incendios derivados del estrés hídrico y de las altas temperaturas, indicó el productor.
Coarasa detalló que la sequía ha provocado siembras a destiempo y sin la incorporación de fertilizantes como urea y nitrógeno, que benefician el metabolismo de plantaciones como las de maíz, ya que no se pudieron aplicar por la baja humedad del suelo como consecuencia de la sequía.
En diciembre pasado, cuando se produjo la cosecha fina, se reportaron producciones de trigo de solo 50 por ciento de la previsión inicial y, en otros casos, de 30 por ciento, agregó.
La sequía se traduce en una pérdida de ingresos netos por parte del sector agrícola de 10 mil 425 millones de dólares; asimismo, se estima que dejarán de ingresar al país cerca de 8 mil millones de dólares por concepto de exportaciones, indicó la Bolsa de Comercio de Rosario.
Considerado el efecto multiplicador del agro en el consumo de Argentina, esta caída pone en jaque el equivalente a 2.2 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima para nuestro país en 2023
, agregó la entidad.
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, se reunió el viernes con agroexportadores para analizar el impacto de la peor sequía en al menos 60 años y buscar soluciones
.
Con información de Reuters