Martes 17 de enero de 2023, p. 3
El artista canadiense Alan Glass, quien eligió a México como su lugar de residencia desde 1963, reconocido como el último surrealista, falleció este lunes a los 90 años, informó la Secretaría de Cultura federal (SC).
La dependencia agregó que en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), así como con la participación del propio Glass, preparaban una gran exposición retrospectiva para 2024 que se presentará en el Museo Nacional de Arte (Munal).
Fue en este país donde el autor desarrolló una fructífera trayectoria que le mereció importantes reconocimientos, entre ellos la Medalla Bellas Artes en 2017.
Alan Glass se dedicó principalmente a crear cajas-objeto a partir de elementos cotidianos, como botones, guantes, mechones de cabello, muñecos, conchas de mar o pedazos de tela, entre otros materiales, muchos de ellos encontrados al azar en sus recorridos por mercados de pulgas de diferentes países.
En sus composiciones, de gran belleza artística, aparecen personajes como la reina Isabel I, el rey Luis II de Bavaria, así como el mar, el cielo o el universo, reflejo de su forma de ver el mundo.
Fue considerado un artista clave del movimiento surrealista. Desde pequeño mostró gran talento para el dibujo y la pintura. Sus largas estancias en el ambiente silvestre del monte Saint-Bruno, en su natal Canadá, afinaron sus sentidos y determinaron en gran medida su estilo.
El artista ingresó en 1949 a la Escuela de Bellas Artes de Montreal y fue alumno de Alfred Pellan, pionero del arte moderno en Canadá. Posteriormente, fue becado por el gobierno francés y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de París, en la Escuela del Museo del Hombre y en La Sorbona.
En esa época conoció a André Breton, Benjamin Péret, Victor Brauner, Roberto Matta, Alberto Giacometti y pintores expresionistas abstractos, entre ellos Joan Mitchell, Sam Francis y Jean-Paul Riopelle, quienes tuvieron un profundo impacto en su vida y obra.
Él mismo relataba que luego de ver una calaverita de azúcar en la casa de Aube Elléouët, hija de Breton, se sintió maravillado y decidió viajar a México, país que pronto convirtió en su hogar.
Sentí que quería vivir en un lugar que creaba objetos así; podría parecer una motivación modesta, pero para mí fue algo muy intenso. Como México era un país surrealista, todo era posible
, declaró en una entrevista para la publicación Tendencias, del mercado del arte.
En 2013, en una entrevista que ofreció a La Jornada con motivo de sus 80 años, reiteró que México continuaba siendo surrealista, y siempre lo será
. En esa charla reconoció su gratitud hacia Breton, porque estoy endeudado con él, al igual que cualquier surrealista. Fue un gran poeta, pero en el sentido que aprecio: su obra sugiere muchas imágenes
. También mencionó a Péret, por ser quien me presentó con Breton y se encargó de mi primera exposición en París, en 1958
, y a Saint-Pol Roux, precursor de los surrealistas, pero poco conocido incluso en Francia
.
Alan Glass no organizó exposiciones con frecuencia, en gran parte debido a que tardaba en elaborar sus cajas en su estudio de la colonia Roma, en la Ciudad de México.
Hace 10 años, el artista consideraba que había un renovado interés por el surrealismo, y él mismo se ubicaba en una tercera generación de artistas bajo ese movimiento, soy de los últimos
, dijo entonces.
Glass pertenecía desde 1999 al Sistema Nacional de Creadores de Arte. Fue amigo cercano de Manuel Felguérez, Alice Rahon, Pedro Friedeberg, Bridget Tichenor, Vicente Rojo, Kati Horna, Lilia Carrillo, Pita Amor y Leonora Carrington.
Museos como el del Palacio de Bellas Artes, el de Arte Moderno, el Tamayo Arte Contemporáneo y el de Arte Contemporáneo de Oaxaca exhibieron su obra, mientras sus cajas se encuentran en numerosas colecciones internacionales, como las de los museos de Arte Moderno de París, Francia; el de Arte Moderno de la Ciudad de México; el de Montreal de Bellas Artes, en Canadá, y el Metropolitano de Nueva York, Estados Unidos, entre otros.