Martes 10 de enero de 2023, p. 29
Saltillo, Coah., Manolo Jiménez Salinas, ex alcalde de Saltillo, dejó ayer el cargo de secretario estatal de Inclusión y Desarrollo Social para competir, hasta ahora como precandidato único, por la nominación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno de Coahuila. El ex edil adelantó que pretende consolidar una alianza con los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).
Presenté mi renuncia (al actual titular del Ejecutivo, Miguel Riquelme Solís), porque he tomado la firme decisión de buscar la candidatura a la gubernatura de Coahuila, basado en el amor por esta tierra bendita y la experiencia que tengo para gobernar
, dio a conocer en conferencia de prensa.
Asimismo, destacó que como presidente municipal de Saltillo (2018-2021) la ciudad se colocó entre las cinco más seguras del país y entre las tres con mejor calidad de vida.
Siempre me ha funcionado hacer equipo con los ciudadanos, abanderando las principales causas de los coahuilenses; vamos por una gran alianza ciudadana cuyo estandarte será el de Coahuila. En los próximos días estaremos concretando esta alianza con todos los sectores de la población; tocaremos también la puerta de diferentes partidos políticos para conformar un fuerte invencible
, dijo.
Las dirigencias de PRI, PAN y PRD en Coahuila dialogan para crear una coalición con miras a las elecciones del 4 de junio entrante, que además de la gubernatura renovarán al Congreso local.
Por separado, el gobernador Riquelme Solís dijo que de sus colaboradores, sólo Manolo Jiménez manifestó interés en la postulación. De acuerdo con la ley electoral coahuilense, los servidores públicos tienen hasta el 13 de enero para dejar sus cargos y estar en condiciones de ser candidatos.
Mientras, en Morena persiste el conflicto por la designación del senador Armando Guadiana Tijerina como precandidato único a la gubernatura. De los 72 consejeros estatales, 37 afines al subsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía Berdeja, insisten en que la nominación se debe definir por una elección directa entre militantes y no una encuesta, método que inicialmente aprobaron.