La intérprete originaria de Chiapas obtuvo el tercer lugar de la competencia internacional London Classic Music 2022 con el aria Dignidad maya // Es un honor cantar esas piezas; en México hay mucho que rescatar
, documentó en entrevista con La Jornada
es una maravilla que en Europa se haya podido escuchar esa piezadel compositor noruego naturalizado mexicano Halfdan Fredrik Jebe.Foto Marco Peláez
Martes 13 de diciembre de 2022, p. 7
La ópera mexicana tiene el nivel musical para estar a la altura de los grandes clásicos europeos, afirma la soprano Leticia Zepeda (Chiapas, 1980), quien obtuvo el tercer lugar en la competencia internacional London Classical Music 2022 con su interpretación de un aria de la obra Dignidad maya (1932), del compositor noruego naturalizado mexicano Halfdan Fredrik Jebe (1868-1937), un enamorado de las culturas mesoamericanas.
En esa competencia, que se realizó de forma virtual debido a la pandemia de covid-19, se busca a músicos talentosos que tengan excelentes habilidades musicales, personalidad fuerte y creatividad fantástica en su interpretación de video
. Zepeda sorprendió al jurado al presentar una ópera que prácticamente nadie conocía.
Es una maravilla que en Europa se haya podido escuchar esa pieza. Estoy muy contenta porque me atreví y fui muy valiente al enviar esa aria al concurso, pues habría sido más fácil cantar algo europeo. A partir de esta experiencia surge mi proyecto de convertirme en una cantante que porte composiciones de autores clásicos mexicanos, en particular de mujeres
, dice la intérprete en entrevista con La Jornada.
Explica que Dignidad maya es una de la obras que ha rescatado el musicólogo Emmanuel Pool como parte de su tesis de doctorado. Zepeda ha estado en contacto con él y otros especialistas a partir de un diplomado que cursó en Puebla, en la Escuela Superior de Música Fausto de Andrés y Aguirre, que dirige Jorge Aguirre González.
Ellos le han abierto una suerte de cofre del tesoro al acercarla, por ejemplo, a música novohispana, como el aria Fac mihi sanctuarium, del maestro de capilla de la Catedral de Puebla Manuel Arenzana (1762-1821), que rescató y reconstruyó la investigadora Dalila Franco.
“Es un honor cantar esas piezas, a partir de las cuales comencé a apasionarme por esa música. En México hay mucho que rescatar. Quiero grabar un disco con todas esas composiciones porque necesitamos exhibirlas en todo el mundo. Hay que abrir brecha a nuestros compositores clásicos.
“La música de Arenzana es un descubrimiento, casi como hacen nuestros arqueólogos. Se trata de un pieza que como soprano me exige mucho, pues hay que recordar que en la época en la que fue compuesta la cantaban niños o los castrati.
“Ahora me exige deshacerme del vibrato, apuntalar la voz y usar una técnica más ligera, no como la operística. Cuando cantamos Puccini o algo más romántico, más cercano a la actualidad, usamos vibrato para conectar más con la emoción. Pero en las piezas novohispanas no, lo cual implica entender el contexto y la técnica musical a la que nos tenemos que acercar. Es un reto.
Se trata de música mucho muy espiritual. Imagina que se cantaba dentro de las catedrales y todo giraba alrededor del clero y la Iglesia. Los compositores, que se llamaban maestros de capilla, se preparaban mucho. Es una música muy apegada a lo sublime.
Por otra parte, continúa Zepeda, “lo que me gusta de los compositores mexicanos contemporáneos es que expresan la realidad histórica de su tiempo. Hay óperas fuertes; por ejemplo, de la maestra Gabriela Ortiz sobre el movimiento del 68, o Dignidad maya, de Jebe, que muestra de manera muy cruda lo que fue realmente la Conquista; plasma la posición de la mujer y qué tanto sufrieron .”
Interpretar a la protagonista de ese relato, la princesa Sanicté, fue muy enriquecedor para Zepeda, explica, porque se tuvo que meter en el papel de “una mujer totalmente sola y vulnerable, cuya única opción es la muerte ante el rechazo de su gente por haber sido mancillada por los conquistadores y, por tanto, la repudian por estar ‘manchada’ de sangre española”.
Discípula de Caballé
La soprano narra que creció en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. De la mano de su abuelo Rubén comenzó a amar la música, en aquellas tardes en las que él la sentaba en su regazo mientras tocaba el piano. Así fue como Leticia comenzó a familiarizarse con el ritmo de la respiración y musicalidad de un intérprete. A los ocho años ya sabía que quería cantar y comenzó a hacerlo en coros escolares.
Si bien estudió finanzas y contabilidad, un día se fue a Xalapa para tomar clases de música con el tenor Armando Mora, quien le dijo que su voz era para cantar ópera.
Antes de eso me dedicaba a interpretar puras misas o Carmina Burana en coros. Cuando el maestro Mora me dijo que mi voz era para ser solista me impuso, porque estar en un coro es ensamblar tu voz con las demás, y ser solista es una introspección que obliga a crear un personaje, un ambiente que nadie ve, a tener mucha creatividad y un temple muy especial
, detalla.
Después vinieron los concursos y viajes internacionales, en alguno de los cuales tuvo oportunidad de ser discípula de la soprano catalana Montserrat Caballé.
Lo bueno es que en la actualidad hay muchos jóvenes que como público se están acercando a la ópera, sobre todo a la que tiene un mensaje o aborda un tema social. También hay muchos jóvenes intérpretes. Los artistas y los creativos mexicanos somos muy buenos, lo que hace falta es inversión destinada a hacer productos culturales atractivos para el mercado, pues los tesoros musicales ahí están
, concluyó la soprano.
El canal de YouTube de Leticia Zepeda es https://www.youtube.com/@leticiazepeda5348