Larrea vs gobierno federal // Incumple contrato y demanda // Mundial 2022: ¿y la Cofece?
n la historia de nunca acabar, y como no tiene llenadera, el tóxico barón Germán Larrea decidió demandar al gobierno federal, porque éste canceló el contrato que le fue asignado para construir un tramo del Tren Maya (alrededor de 60 kilómetros de Tulum a Playa del Carmen). ¿Por qué?: incumplimiento del corporativo privado, en tiempo y forma, de la obra que se menciona, por lo que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) tomó esa decisión con base en el propio contrato.
Ante tal acción, Grupo México se retorció, no obstante que el presidente López Obrador detalló que “le mandé a decir a Germán Larrea que se buscara una negociación, que los ingenieros militares nos elaboraran un dictamen y que si aceptaba ese dictamen para definir cuánto se tenía que pagar, y me mandó a decir que aceptaba. Pero ¡oh, sorpresa!, hoy (ayer) aparece en el Reforma que nos va a demandar y que ya es un asunto millonario”. Pero no debe ser sorpresivo, porque es una actitud nada fuera del comportamiento tradicional del barón: caprichoso, mentiroso y chantajista.
El corporativo del barón obtuvo el contrato en alianza con la trasnacional española Acciona Infraestructuras y ante su incumplimiento el gobierno federal decidió cancelarlo y asignar la obra a otras tres empresas privadas. Esa fue la razón
, detalló el mandatario, pero como Larrea cree que es intocable y que puede hacer lo que le venga en gana también contravino el compromiso con López Obrador.
En un rapidísimo recuento de lo que el tóxico barón obtuvo en el régimen neoliberal, más allá de las centenas de concesiones mineras que le fueron otorgadas, hay que mencionar los subsidios cambiarios que recibió su corporativo (el padre aún vivía: Jorge Larrea Ortega, mejor conocido por los mineros como El Azote) vía Fideicomiso de Cobertura de Riesgos Cambiarios (Ficorca, cuyo director fue Ernesto Zedillo, con Miguel de la Madrid); los suculentos beneficios del Fobaproa como accionista de Banamex, y a la hora de vender éste a Citigroup tampoco pagó un centavo de impuestos; adjudicación de la parte más rentable y con el tendido más largo de Ferrocarriles Nacionales de México; infinidad de contratos de obra pública, mediante su empresa México Compañía Constructora; concesiones carreteras (Grupo México Autopistas).
Por si fuera poco, concesiones eléctricas, petroleras y para combustibles; cientos de concesiones de agua; devolución y cancelación de impuestos, al tiempo que, en connivencia con las autoridades
federales, permanentemente viola las leyes laborales (sólo como ejemplo, ahí están las tres huelgas mineras –Cananea, Sonora; Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero– que en 2022 cumplieron 15 años sin solución), y ecológicas (recuérdese el derrame de tóxicos en los ríos Sonora y Bacanuchi y en el Mar de Cortés), el homicidio industrial en Pasta de Conchos (65 mineros muertos) y muchísimo más. A estas alturas, su fortuna –alimentada con los bienes de la nación– supera 30 mil millones de dólares.
Pero como es un adicto al dinero, quiere más. Incumple los términos contractuales y se lo cancelan, siempre de acuerdo con las cláusulas por él aceptadas; acuerda negociar, pero su compromiso
se lo pasa por el arco del triunfo y demanda al gobierno federal. Una joya, pero lo cierto es que México no puede darse el lujo de tener empresarios como Germán Larrea.
López Obrador dijo que no sabía que ya había demandado, entonces ya se volvió publicitario. Ah, ¡hasta en ocho columnas! Ya se volvió famoso el asunto
. Pero a Grupo México se le notificó en tiempo y forma que “nos urgía terminar ese tramo (Tulum-Playa del Carmen)… Ahí es donde tuvimos todos los amparos, estos que mencionaba Aguilar Camín, que también tiene que ver con los conservadores, el llenarnos de amparos para frenarnos, para que no se hagan las obras”.
Entonces, dijo, “se va a pagar lo justo… lo que estamos buscando es que no haya abusos. Tenemos que cuidar el presupuesto, que es dinero de todos. Se va a buscar un acuerdo, porque ellos trabajaron e invirtieron y quieren una cantidad por lo que hicieron, y los técnicos de Fonatur sostienen que no es la que les corresponde”.
Las rebanadas del pastel
¿Y dónde estaba la Comisión Federal de Competencia Económica que no evitó (de hecho, permaneció en silencio sepulcral) que la empresa Sky (de Televisa) monopolizara las transmisiones del Mundial 2022? Tal vez diga, como suele hacerlo, que no es monopolio
, porque los ratoncitos verdes se pueden ver en televisión abierta. ¿Y los demás partidos? Páguenlos o jódanse.