Aquí no se guarda silencio, dice la responsable de la Biblioteca Central de Helsinki, la cual alberga 100 mil libros en el corazón de la capital de Finlandia, en un edificio sin columnas interiores que ofrece al visitante una amplia visión de la ciudad.Foto Laura Poy
Lunes 21 de noviembre de 2022, p. 8
Helsinki. Oodi, la Biblioteca Central de esta capital, se mantiene a la vanguardia por su enfoque cultural, elevado número de visitantes y belleza arquitectónica. En su nombre se refleja su esplendor: oda, en finés. Abrió sus puertas hace cuatro años.
Considerada por los finlandeses un poema para la lectura y el conocimiento, esta biblioteca pública recibe anualmente a 2.5 millones de usuarios que pueden acceder a múltiples servicios: leer, investigar, crear arte en 3D, tejer, jugar ajedrez o videojuegos, practicar música, ver cine o hacer uso del espacio como oficina de trabajo.
Oodi fue diseñada por ALA Architects tras ganar un concurso internacional convocado por el ayuntamiento de la ciudad, en el que se presentaron 500 proyectos. Se inauguró en diciembre de 2018 para conmemorar el centenario de la independencia del país nórdico de Europa.
Ubicada en la Plaza de los Ciudadanos, en el corazón histórico de Helsinki, Oodi es el máximo símbolo de la red de 37 bibliotecas públicas de esta capital, con 100 mil libros disponibles en el recinto y 3.5 millones más de títulos en un reservorio.
Con una inversión de 98 millones de euros (mil 960 millones de pesos en la cotización actual), su construcción destaca por una arquitectura innovadora que conjuga madera, acero y cristal, en un edificio que prescinde en el interior de columnas, lo que ofrece al visitante amplitud de espacio y una vasta visión de la ciudad.
El muro de cristal de esta biblioteca permite a los usuarios disfrutar de los rayos del sol, en un país que puede enfrentar largos inviernos con temperaturas de menos 20 grados centígrados. Desde el acceso se observan decenas de personas enfrascadas en partidas de ajedrez o en la búsqueda de las últimas novedades editoriales, disponibles de forma gratuita.
Pensado como un espacio de encuentro, Oodi tiene tres pisos con diversas actividades, incluidas áreas exclusivas para el cuidado de niños menores de cinco años.
Todos caben en Oodi. Buscamos que se sientan en un espacio dedicado al conocimiento, pero también de interacción. Aquí no se guarda silencio
, describe Emma-Lotta Tynkkynen, responsable de información pedagógica de la Biblioteca Central, quien destaca la presencia intergeneracional de sus visitantes.
El Cielo de los libros
El éxito de este espacio para la cultura y la recreación no fue sorpresivo. Los finlandeses tienen el récord mundial en el uso de bibliotecas, pues varias veces al mes visitan alguno de los 717 espacios de este tipo que existen en el país, donde en promedio cada ciudadano solicita 11.6 libros prestados al año. Además, tienen muy arraigada la costumbre de leer prensa escrita en esos recintos. En Finlandia se publican 250 periódicos y revistas, y se estima que 93 por ciento de sus ciudadanos los consultan semanalmente.
En la planta baja de Oodi se ubican las áreas lúdicas: cafetería, cine y sala de usos múltiples; en el primer nivel, las dedicadas al arte y la recreación, y en el segundo, el Cielo de los libros, con una extensión de más de cien metros cuadrados.
La Biblioteca Central ya es parte de la identidad de la ciudad. Acoge a todos los visitantes e invita a disfrutar una experiencia única en el acercamiento a la lectura y el conocimiento. No hay límites para imaginar, soñar o crear, eso es Oodi
, define Tynkkynen.