Domingo 13 de noviembre de 2022, p. a11
Atlante luchó contra todo para quedar campeón de la Liga de Expansión al derrotar 3-1 a Toros de Celaya del Apertura 2022. Peleó contra el azar, contra la voluntad del rival y contra algo que parecía un embrujo que impedía anotar. Después de un partido de ida sin goles, ambas escuadras se enfrascaron en un todo o nada durante el encuentro de vuelta en la cancha de los guanajuatenses.
En el futbol dicen que el que perdona se le revierte lo que no hizo. Diego González pudo escribir una historia distinta para su equipo, el Celaya, cuando a los pocos minutos de empezado el partido llegó solo al área del Atlante, pero en un caso de precipitación y ansiedad disparó urgido por abrir el marcador.
Pero Atlante no fue comedido y cuando la tuvo, por concesión también de la zaga de los Toros, no la dejó escapar. Un trazo largo a la defensa del Celaya, que cometió una vergonzosa falla. Dejaron que el ataque azulgrana recuperara la pelota por el costado izquierdo y centrara a placer para que Christian Hobbit Bermúdez la prendiera con precisión para el primero de la tarde.
Toros no podía bajar las manos tan temprano. Así que el medio tiempo sirvió para ajustar en pizarrón y con probables reprimendas lo que el conjunto de Celaya no había hecho en la primera parte. Y vaya que recompusieron, porque apenas regresaban de los vestidores, cuando al 47 Carlos Gael Acosta disparó desde afuera del área para poner el empate a un gol. Una pieza ambiciosa con recorte y zurdazo entre dos zagueros. Juego nuevo, se suele decir en el argot deportivo.
El tiempo se agotaba y ambos equipos se volcaron al juego ofensivo y regalaron minutos de gran dinamismo con el balón. Tiros que pasaron rozando los arcos e intervenciones de los guardametas para mantener a salvo la cabaña. El tiempo extra fue inevitable.
El exceso de todo. De disparos que no entraban por accidente o por milagro, pero la pelota se quedaba a casi nada del desempate. La más formidable en un tiro libre que el arquero del Atlante sacó de un manotazo.
Pero cuando el agotamiento los tenía diezmados por fin llegó el gol de forma caprichosa. Un cabezazo apurado de Maximiliano García que Alisson sacó con las uñas, pero el balón dio al poste, regresó y el portero metió con el talón.
El golpe fue demoledor, pues abrió la puerta para que César López definiera el duelo con el tercero atlantista y el título en una división que no asciende.