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El tamaño (de la plaza) sí importa // Opositores no van al Zócalo // Recurren a Woldenberg // IFE-INE, lo que sí se toca

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▲ DEBATE DE RESERVAS AL PEF 2023. Con botanas, los diputados federales calmaban ayer el hambre al preverse una discusión larga en San Lázaro por las 2 mil 275 reservas presentadas al Presupuesto de Egresos de la Federación 2023 por la oposición.Foto Luis Castillo
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an sido varias las ocasiones en que organizaciones opositoras a las políticas del presidente López Obrador han tenido oportunidad de mostrar numéricamente el respaldo social a sus proclamas catastrofistas. Rehuyeron la opción constitucional de revocar el mandato andresino y en otras ocasiones se han manifestado con más fuerza declarativa que presencial.

Este domingo, en el mayor esfuerzo de movilización que han realizado hasta ahora, aseguran que habrá movilizaciones en 36 ciudades del país y el extranjero, con acento especial en la Ciudad de México. A esta convocatoria le ha precedido una intensa campaña de denuncia de las características que asignan a quien reside en Palacio Nacional: autoritario, despótico, tirano, dictador, le han dicho, y pintan el momento nacional actual, y las perspectivas para los dos años restantes de la administración obradorista, con los tonos más desalentadores, abismales.

El tamaño de las acusaciones tendría que corresponder este domingo con el tamaño de la movilización y la protesta. Montados en la magnificación de los detalles o la falsificación de ellos, algunos de los convocantes esparcieron la versión de que la Plaza de la Constitución, conocida como Zócalo (virtual unidad de medida de movilizaciones sociales, UMMS), les estaba siendo escamoteada mediante instalaciones beisboleras que deberían estar hasta el domingo de la manifestación capitalina, por el gran temor del gobierno ante el enorme número estimado de participantes.

En la conferencia matutina de prensa, López Obrador desactivó la especie: informó que había hablado con la gobernadora capitalina, Claudia Sheinbaum, para que tal aparatosidad deportiva fuera retirada y el domingo quienes desearan llegar al Zócalo lo hicieran.

Tal marcha estaba programada del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez y, ante la oferta obradorista de libre paso al Zócalo, la respuesta semejó un apocamiento escénico: los organizadores decidieron no entrarle al reto de la UMMS e incluso retraerse, pues fijaron el Monumento a la Revolución como destino final, cual si tal emplazamiento les ofreciera un mejor manejo gráfico de la concentración, misma que en el Zócalo podría parecer menor.

En este caso, el tamaño de la plaza escogida sí importa, sobre todo si se recuerda que aquel a quien impugnan, AMLO, como candidato o dirigente solía mostrar músculo justamente al desbordar dicha Plaza de la Constitución y extenderse por las calles aledañas, sin contar con el capital empresarial que ahora aceita el engranaje partidista y de sociedad civil que entre otros membretes usa el de Unid@s.

También llama la atención la recurrencia a José Woldenberg como orador único de tal concentración. Los partidos opositores a la llamada 4T carecen de figuras lucibles y han preferido refugiarse en el prestigio de quien presidió el primer consejo ciudadano del Instituto Federal Electoral (IFE), como parte del proyecto de órganos constitucionales autónomos que impulsó Carlos Salinas de Gortari (el transsalinismo), el electoral en el contexto de las acusaciones de fraude en 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas.

Ese IFE formó parte de los artificios de circunstancia que fueron impulsados por Salinas y su secretario de Gobernación, Jorge Carpizo. El primer consejo ciudadano en su momento significó un avance en comparación con el largo dominio explícito de los titulares de Bucareli en los órganos electorales.

Pero justamente lo que hoy se impugna por parte de la franja social obradorista es el curso y los resultados de esa hechura de 1994: un instituto presupuestalmente excedido, una estructura de legalismo ciego ante la evidencia sistemática de fraudes y manipulaciones electorales. Ese IFE-INE es exactamente el que se busca modificar y mejorar, el que sí se debe tocar. ¡Hasta mañana, con Ricardo Monreal entonando canciones decembrinas de presunta despedida!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero