"Sacábamos piedras y vidrios para jugar"
Nos llamaron prófugas del metate, recuerdan.Foto Alberto Aceves
Martes 8 de noviembre de 2022, p. a12
Alicia La Pelé Vargas observa una imagen de la Copa del Mundo de 1971. Lo hace con detenimiento, como si estuviera viendo por primera vez una repetición de la final de México contra Dinamarca y escuchara rugir el estadio Azteca. La ex goleadora sonríe, porque los recuerdos le juegan una mala pasada. En esa época, nos íbamos a entrenar a Tláhuac y otros lugares muy lejanos
, rememora Lourdes de la Rosa, mientras La Pelé sigue atenta el hilo de la conversación. Teníamos que sacar piedras y vidrios de las canchas, a veces hasta las vacas para jugar al futbol
.
Aunque la FIFA no reconoció ese torneo, las mexicanas lo presumen con gran orgullo. Entramos en un mundo desconocido, donde el único apoyo era nuestra familia
, afirma La Pelé, inmortalizada en el Salón de la Fama de Pachuca por sus goles en Italia 70. Nos decían que éramos un equipo amateur, pero llenábamos estadios, sorprendíamos a las grandes potencias y demostramos que ninguna barrera era tan fuerte como nosotras
.
Las ex seleccionadas, reunidas ayer en el Senado, toman con humor el paso del tiempo. 51 años no son nada
, afirma la zaguera María Hernández Montoya, conmovida por entrar a un recinto que acostumbra a mirar de lejos sobre la avenida Paseo de la Reforma.
Me impresionó mucho saber que vendríamos aquí a recibir un reconocimiento. Nosotras jugábamos por diversión, porque nos hacía felices. Muchas personas creían que a los Mundiales sólo asistíamos para hacer el ridículo. No teníamos uniformes ni zapatos, existía mucha discriminación. Ahora nos recuerdan con cariño. Dicen que somos pioneras, pero yo pienso que sólo hicimos lo que más nos gustaba.
Además de La Pelé, Lourdes de la Rosa y Montoya, las mexicanas ahora convertidas en abuelas, Irma Yolanda Carmín, Martha Coronado Díaz, Irma Chávez Barrera, Patricia Hernández Montoya, Sandra Tapia Montoya, Bertha Orduña y Elvira Aracén participaron en la ceremonia de reconocimiento organizada en el Senado por el legislador Eduardo Ramírez, luego de haber sido pilares en la apertura de espacios para las mujeres en el deporte.
Nos llamaron prófugas del metate
, señala Aracén, tan clara en las ideas como en las evocaciones; Reunimos a más de 110 mil personas en el Azteca, hombres y mujeres con lágrimas, no sabemos si de tristeza o alegría, que nos hicieron sentir campeonas del mundo. Nuestro sueño de lograrlo estuvo cerca. Tuvimos el corazón bien puesto por México ante rivales con más experiencia, pero demostramos que el futbol no es una tierra de hombres
.
Las grandes ausentes en el rencuentro de las ex seleccionadas fueron Guadalupe Tovar, Silvia Zaragoza y María Eugenia La Peque Rubio, también integrante del Salón de la Fama. Pero en estas guerreras no cabe la tristeza, sino las risas.
Mi mayor preocupación era quedar bien con mis papás y mis hermanos. En aquel Mundial del 71 perdí mi arete. Hasta la fecha les sigo suplicando a las jugadoras a ver si lo encuentran. Sospecho que fue en el primer partido contra Argentina. Por fortuna el árbitro no lo vio, porque si no, me hubiera mandado a quitar todo
, concluye Lourdes de la Rosa con la ocurrencia de siempre, aunque pasen los años.