El uso de efectivo en México para adquirir mercancías o servicios seguirá disminuyendo, por lo que la participación de medios electrónicos como contactless, billeteras electrónicas o pagos con teléfono celular crecerá más, señaló Antonio Rivero, director general de Napse.

En conferencia transmitida por Internet comentó que menos de la mitad de los comercios físicos se han adaptado al intercambio electrónico, pero los que ya están son una especie de centros de distribución.

Datos del Banco de México (BdeM) indican que debido a la pandemia de covid-19 los medios de pago que utiliza la población se modificaron, de tal forma que el uso de efectivo observó una reducción, pues pasó de 93 a 86 por ciento.

La institución reportó que en el primer trimestre de este año se realizaron 216 millones 587 mil compras en el comercio electrónico, monto que representó un aumento de 9.49 por ciento frente a igual lapso del año pasado.

Cien millones de celulares

“El uso del efectivo en México es altísimo al igual que en otros países, pero eso va a ir mermando, con la penetración de los medios digitales y por supuesto de empresas de tecnología financiera, fintech, eso va a hacer que el uso del efectivo vaya reduciéndose”, dijo el directivo de la firma de soluciones informáticas omnicanal para el comercio minorista.

Rivero destacó que la pandemia definitivamente potenció el uso de teléfonos inteligentes en el país, pues prácticamente 100 millones de habitantes cuentan con un dispositivo de este tipo.

Anotó que casi 50 por ciento de los establecimientos comerciales se han abierto a ser omnicanal después de la contingencia sanitaria, por lo que ahora no sólo son tiendas físicas, sino que también son centros de distribución de los productos.

Hace dos años había productos que tardaban semanas en llegar a tu casa, ahora son días, horas, y es porque los inventarios están más cerca de uno, porque están utilizando las tiendas como centros de distribución para entregar el producto, dijo.

Agregó que con este proceso de transformación se aceleró el rezago que México tenía en cuanto a comercio digital, en comparación con países como Brasil, Chile o Colombia, e incluso el comercio electrónico avanzó de 3 a 11 por ciento.