rodada de terror
Jueves 3 de noviembre de 2022, p. 33
Las bautizadas popularmente como rodadas del terror
se trasladaron la noche del martes a Álvaro Obregón. La cita fue en las inmediaciones de la Unidad Santa Fe del IMSS, una de las primeras que se construyeron en la capital, allá por 1957. Distante a menos de un kilómetro de las oficinas centrales de la alcaldía.
Con la capacidad de convocatoria de las redes sociales, antes de las 10 de la noche la zona era un maremágnum de motocicletas.
Organizadas por grupos perfectamente identificados entre sí por sus disfraces, procedencia barrial, clan familiar o sencillamente aquellos que se conocen de siempre, los ciclomotores (por lo general no de gran cilindrada) no se movían con menos de dos personas a bordo, pero tampoco era infrecuente ver niños pequeños haciendo de tercer pasajero, apachurrado
entre dos adultos.
Con máscaras, maquillajes, recreación de personajes de siniestras películas de terror y, sobre todo, en el alarde del rugido de motores que sólo los motociclistas disfrutan, sobre Camino Real a Toluca centenares crearon un embotellamiento inenarrable.
En nadie se advertía un talante de prepotencia o agresividad. De hecho, aquellos automovilistas que de pronto se vieron rodeados de motos surgidas desde todos lados y que literalmente los tenían prisioneros, eran amablemente recompensados con una señal de agradecimiento cuando detenían la marcha y se instalaban alertas y expectantes para no provocar un accidente.
¿Alguna patrulla con franja verde para coordinar, cortar el tránsito a los vehículos, dirigir la rodada
? ¡Por favor! Era la ley del entendimiento inmediato: las motocicletas eran esa noche las dueñas del espacio, y nadie tenía intención de cortar su diversión.
Este miércoles por la noche, la policía capitalina realizó un operativo para detener otra rodada con saldo de 19 motociclistas detenidos y 30 motos remitidas al corralón.