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Acción Comunitaria en Pulso de la Salud
P

or la falta de suficiente personal de Acción Comunitaria (AC) que generó el periodo neoliberal, hoy, desde el Programa IMSS-Bienestar (PIB) se envían esos contadísimos recursos humanos a integrar –por decreto y desde arriba– los comités de salud estatales donde opera, desde abril de 2022, el oportuno encargo presidencial para federalizar la salud.

Ello desnaturaliza el espíritu de la estrategia de atención primaria a la salud (APS). Al no construir los comités con la comunidad y diseñar con ella el diagnóstico de salud local, esa comunidad no los volverá a ver. Ello diluye el sentido de pertenencia para activar una real APS.

De los estados que Zoé Robledo –director general del IMSS y responsable del encargo presidencial– reporta en 25 Pulsos de la Salud (matutinas, mayo-octubre), sólo Nayarit formaba parte del PIB original. No así Colima y Tlaxcala. En esos recuentos es notoria la ausencia del factor comunitario.

Inaugurando el Hospital General de Tlaxcala ( El Economista, 14/7/22) Robledo aseguró que busca garantizar un piso mínimo de atención y ofrecer especialidades troncales. Eso ya no es APS. Es atención médica operada por un PIB sin experiencia en ciertos servicios de tercer nivel. La componente preventiva estructural de la APS y la AC desaparecen de su visión, mientras refuerza el asistencialismo de especialidades.

La APS reclama más acciones comunitarias para prevenir padecimientos con comunidades capacitadas en el autocuidado de su salud. Y luego, con la comunidad ya diagnosticada, procede el fortalecimiento del primer nivel. Eso es lo urgente en una real APS.

Lo mismo ocurre con su pronunciamiento (matutina, 21/6/22) sobre que AC es un aspecto poco visto. Dicho así, Robledo pasa por alto que ello deriva de las administraciones panistas/priístas (2000-18) del PIB y que es, justamente, lo que él debería explicar. Lo poco visto alude precisamente a una APS dotada de AC centrada en las personas/familias y a la forma en que, con ella, se involucra a la comunidad como agente preventivo de la enfermedad.

Sin embargo, para Robledo, la AC culmina mejorando la propia atención médica con lo cual, sin percatarse, termina lapidando lo que pretendía mostrar: lo poco visto de la Acción Comunitaria como herramienta preventiva. Una AC eficaz culmina, más bien, mejorando el impacto sobre lo que determina la salud comunitaria. No mejora la atención médica: la aleja por la prevención. No es tarea de ella mejorar la asistencia médica, algo que el director del IMSS aún no entiende.

Con esta pobre perspectiva de la AC, presumió (matutina 21/6/22) que en Nayarit se instalaron 240 comités de salud, 212 sesiones educativas a pacientes/familiares para detecciones de enfermedades, 62 talleres para embarazadas, 309 jornadas de limpieza, 51 huertos y 32 jardines de plantas medicinales. Pero ¿con qué impacto preventivo? ¿Dónde quedaron las parteras y los médicos tradicionales?

Como Nayarit sí formaba parte del PIB original, es claro que con la expansión exponencial de los servicios que conlleva la federalización de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se requieren no 240, sino ¡cinco mil comités de salud!, para ahora atender, no a una, sino a cinco regiones más, apenas creadas, creciendo de uno a 11 hospitales y de 92 a 260 unidades médicas de primer nivel.

Así que la AC que –después de 25 Pulsos de la Salud– presume Zoé Robledo despierta más incógnitas que certezas. Su insistencia en el déficit de especialistas no se vincula con la AC. Antes debería haber explicitado cuántos médicos generales requiere el servicio de primer nivel. Cosa que, con sus prisas para cumplir el encargo, aún no ha podido establecer.

Si esto ocurre en Nayarit ¿qué sucederá en Oaxaca cuando, con la federalización de AMLO, crezca al ritmo de Nayarit?

Esta curiosa NeoAcción Comunitaria que –con sus prisas– ha fabricado Robledo se aprecia también en su intervención (matutina, 19/7/22) donde reconoce que la AC tiene un componente que se comenzó a dejar de lado y hasta menospreciar: el involucramiento de la comunidad. Todas las unidades de primer nivel del PIB, más de 3 mil 500 Unidades Médico Rurales con el programa CARA. ¿Es esto cierto? No lo es. En Sánchez, Leal, Escobar y León, Acción Comunitaria en el IMSS-B. Visiones operativas de la otra historia (2021) se documenta que las administraciones panistas/priístas (2000-18) del PIB medicalizaron rotundamente las acciones del CARA.

Después de 25 Pulsos de la Salud, es claro que la NeoAcción Comunitaria de Robledo –como principal responsable del encargo presidencial– no es APS: es más asistencialismo. No es 4T y no inaugura un nuevo régimen sanitario.

Para imprimir viabilidad al encargo de AMLO, es indispensable diseñar un modelo federal de atención realmente montado sobre APS. Cosa que no hace –en lo absoluto– el recientemente publicado Mas-Bienestar ( Diario Oficial de la Federación, 25/10/22): decretar comités de salud desde arriba no federaliza en forma automática.

 

* UAM-Xochimilco