Sábado 8 de octubre de 2022, p. 11
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que en el continente americano –donde viven mil millones de personas– 637 millones tienen algún grado de protección contra el uso de grasas trans de producción industrial.
Fabio Da Silva Gomes, asesor de nutrición de la OPS/OMS en Washington, presentó los avances del Plan de Acción para Eliminar los Ácidos Grasos Trans de la Producción Industrial 2020-2025, en el que México sólo avanzó en el etiquetado frontal de alimentos.
En el seminario virtual, convocado por la Coalición Americana Saludable y la organización civil Salud JustaMX, destacó que el plan puede dividirse en dos etapas: la prohibición de los aceites parcialmente hidrogenados, es decir, la fuente principal de AGT-PI (ácidos grasos trans producidos industrialmente), o limitar el porcentaje de éstos en grasas totales en todos los alimentos a no más de dos por ciento, inclusive aceites y grasas.
En la mayoría de los países de la región, explicó, se está asumiendo una combinación de ambas opciones. Sin embargo, agregó, sólo Brasil, Canadá,Chile, Perú y Estados Unidos cumplen de forma completa con el indicador de combate a todo tipo de consumo de grasas trans, por lo que se estima que 63.7 por ciento de la población de las Américas está protegida.
Erick Antonio Ochoa, director de Salud JustaMX, destacó que en México se han enfrentado múltiples resistencias para frenar el uso de AGT-PI por los fabricantes y sus aliados y en la Secretaría de Economía, con el argumento que podría afectar el tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, cuando el marco normativo del propio convenio establece que en salud no se puede aplicar ningún interés económico
. Ante esto, señaló, tuvimos que preparar argumentos y llevarlos al Congreso, donde está por definirse una ley que puede prohibir su uso en México, la cual esperamos que se discuta a principios de noviembre en las cámaras de Diputados y Senadores
.
No obstante, representantes de Centroamérica, Bolivia y Argentina destacaron que enfrentar la resistencia de los sectores industrial y comercial, que intenta evitar el control de las grasas trans ha sido un camino difícil, pues incluso pretenden sustituirlas con grasas saturadas.