a población migrante de habla hispana en Estados ha revigorizado tanto al catolicismo como al protestantismo. A este último lo reconfigura e influye mediante la creciente participación en centros emblemáticos del evangelicalismo predominantemente blanco.
Veinticinco por ciento de quienes habitan en Estados Unidos procedentes de Latinoamérica, y sus descendientes nacidos allá, se reconocen como protestantes/evangélicos. Es un porcentaje mayor al reportado por varios países del continente. Por ejemplo, en el caso mexicano las cifras del censo de 2020 arrojaron que 11.2 por ciento de la población respondió ser protestante/evangélica y 77.7 católica. Al realizar readscripciones que el diseño del censo coloca en otras posibilidades de responder sobre preferencia religiosa, es probable que el porcentaje de quienes son integrantes del abanico que caracteriza al mundo protestante y evangélico sea de 15 por ciento. Solamente los países centroamericanos y Puerto Rico tienen mayor porcentaje de población evangélica que el representado por la llamada población hispana en Estados Unidos.
La tendencia mayoritaria del protestantismo latinoamericano es pentecostal, entre 70 y 75 por ciento de la feligresía se identifica de tal manera. Posiblemente entre los hispanos estadunidenses el porcentaje sea mayor. Eldin Villafañe, estudioso del pentecostalismo y pastor/teólogo identificado con esa corriente, señala que hablar del pentecostalismo es hacer referencia a un movimiento religioso complejo y multifacético
. Hace suya la definición de Kilian McDonell: [son pentecostales] aquellos cristianos que ponen el acento en el poder y la presencia del Espíritu Santo, y los dones del Espíritu, orientados hacia la proclamación de que Cristo Jesús es Señor para la gloria de Dios Padre
, por esto el contraste principal entre los pentecostales y otros cristianos es el distintivo énfasis pentecostal en la persona, la obra y los dones del Espíritu
(Manda fuego, Señor: introducción al pentecostalismo, Abingdon Press, 2012, pp. 19 y 20).
Cabe mencionar que desde los inicios del avivamiento que originó el pentecostalismo del siglo XX participaron en él mexicanos. Fueron fundadores del movimiento y no advenedizos ni resultado del trabajo misionero protestante blanco. El pastor afroestadunidense William J. Seymour y un pequeño grupo reunido en la calle de Azusa, número 312, en la periferia de Los Ángeles, en abril de 1906, tuvieron experiencias místicas y extáticas que atribuyeron al accionar del Espíritu Santo. Las reuniones atrajeron la atención pública y el lugar se transformó en centro de peregrinaje
de personas llegadas de varios puntos de Estados Unidos. Algunos mexicanos participantes iniciales en la experiencia de Azusa Street fueron quienes difundieron el pentecostalismo en México. El gran activismo evangelístico de quienes vivieron directamente el despertar espiritual, o se enteraron del mismo mediante el periódico publicado por el grupo de Seymour, The Apostolic Faith, reconfiguraría el perfil dominante del cristianismo protestante/evangélico mundial. Una obra que documenta el tránsito de la periferia de los pentecostales mexicanos, y otros hispanos, a instancias influyentes y/o decisorias en estados es la de Gastón Espinosa, Latino Pentecostals in America. Faith and Politics in Action (Harvard University Press, 2014).
Las mayores universidades y seminarios protestantes y/o evangélicos en Estados Unidos han abierto, o están en proceso de hacerlo, lo que allá denominan departamentos de estudios hispanos o latinos. La progresiva demanda de preparación académica y ministerial entre un sector creciente de los 15 millones de protestantes latinos residentes en EU ha presionado para que las instituciones educativas den cabida a programas para capacitar a liderazgos provenientes del sur o cuyos ancestros migraron a territorio estadunidense. La que Robert Chao-Romero, académico de la Universidad de California en Los Ángeles y pastor, llama Brown church (iglesia morena) ha ido ganando espacios y visibilidad no sólo dentro del mundo protestante/evangélico tradicional, sino también socialmente. Robert es hijo de padre mexicano y madre china, su libro Brown Church: Five Centuries of Latina/o Social Justice, Theology, and Identity fue publicado por una de las mayores editoriales del mainstream evangélico estadunidense, por InterVarsity Press, en 2020.
La reciente 43 Conferencia Hispana de la Universidad de Biola, sur de California, cuyos organizadores me invitaron a dar unas exposiciones, rebasó las expectativas de los directivos de la universidad, mayoritariamente blancos, y mostró la fuerza del liderazgo latino que se dio cita en las intensas actividades desarrolladas. El sector más perceptivo del protestantismo blanco está prestando atención al vigor de las iglesias de inmigrantes latinos y sacando lecciones del fenómeno.