La Habana., El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, visitó ayer por tercera vez la provincia Pinar del Río desde el paso del huracán Ian, para constatar las labores de recuperación y dialogar con sus habitantes.

El líder cubano señaló que la situación en ese territorio es difícil, los daños son considerables, más de 200 familias han perdido sus hogares por completo en la provincia occidental de la isla, que fue la más afectada por los vientos y las lluvias del meteoro.

Díaz-Canel apuntó que el gobierno financiará 50 por ciento de los materiales, tanques y colchones que requiere la población afectada.

Anunció que el curso escolar reiniciará en los territorios impactados por Ian. En las instituciones que han sufrido daños se buscarán alternativas para que niños y jóvenes retornen a clases.

Pinar del Río recibió el 27 de septiembre durante seis horas el azote del huracán, que atravesó su territorio desde el sur con categoría 3 y vientos sostenidos de más de 200 kilómetros por hora.

La tormenta tropical causó daños aún por cuantificar en la agricultura, casas de tabaco, la red eléctrica y telefónica, viviendas, viales y la infraestructura económica.

El mandatario también visitó el poblado pesquero de La Coloma, por donde entró Ian a la isla.

También conversó con los trabajadores de Epicol, empresa dedicada a la pesca, seriamente afectada, y con los habitantes del lugar.

El servicio eléctrico se restablece de forma progresiva en las provincias más afectadas, informó la agencia de noticias Prensa Latina.

En Pinar del Río, la restauración del servicio es apenas de 3.12 por ciento y en la vecina Artemisa es de 38.11.

Las protestas por la falta de luz en La Habana continuaron antenoche, luego de que la empresa estatal Unión Eléctrica indicó que el servicio se había restablecido en 94.53 por ciento de los hogares. Al menos dos jóvenes fueron detenidos, según la agencia Afp.

Washington mantiene un bloqueo contra La Habana desde hace seis décadas, endurecido desde el gobierno de Donald Trump (2017-2021), que obstaculiza la ayuda y provoca la falta de inversión para el mantenimiento de las redes de suministro eléctrico, entre muchas afectaciones.