Es momento de abrazar la lucha de Santa María Ostula
las amenazas abiertas del desmantelamiento de su guardia comunal, nacida en junio de 2009 para salvaguardarse del crimen organizado, se suman ahora las fuertes repercusiones que dejaron los sismos de septiembre en la comunidad nahua de Santa María Ostula, en el litoral del Pacífico michoacano.
Poco o nada se supo de las pérdidas que causaron los sismos en las comunidades indígenas de Michoacán, como en Santa María Ostula, comunidad que cumplió 13 años de organizarse para enfrentar a la delincuencia organizada que opera en la región con la complicidad de los diferentes niveles de gobierno. Aquí los recientes temblores ocasionaron la destrucción completa en 774 viviendas de 23 encargaturas y la cabecera. En un comunicado firmado por las autoridades agrarias, civiles y municipales se informa que se afectaron 90 por ciento de las viviendas y edificios púbicos, como el templo principal de la comunidad.
El sismo, como a todos, los tomó por sorpresa, en un contexto de amenazas del gobierno de Michoacán que pretende la desarticulación de su guardia comunal y el desmantelamiento de su sistema de seguridad comunitaria en el municipio de Aquila, donde la violencia no hace más que crecer y no hay quién los defienda.
Fue el pasado 6 de septiembre cuando el gobernador de la entidad, Alfredo Ramírez Bedolla, amenazó con retirar los puntos de control que resguardan a la comunidad y anunció que retiraría las barricadas
, refiriéndose a los filtros de seguridad que Ostula mantiene sobre la carretera federal 200. Al gobernador no le importó que la guardia de Ostula esté avalada por una asamblea general, y calificó a sus integrantes como personas al margen de la ley
, lo que implica ya su criminalización.
La comunidad respondió con la decisión de defender la permanencia de su guardia y de todo su sistema de seguridad, órganos en los que depositan la integridad de sus vidas y territorio. Y abrieron la cuenta 6524900664, CLABE 021097065249006643, del Banco HSBC, para aportaciones encaminadas a la reconstrucción de sus viviendas. Es momento de abrazar la lucha de un pueblo organizado, emblema de la custodia autónoma y comunitaria.