Pese a la falta de crecimiento mensual, la actividad económica de México aumentó 2.9 por ciento en agosto frente al mismo periodo de 2021, luego de una alza interanual de 1.8 por ciento en julio, anticipó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE).

De acuerdo con cifras preliminares que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la economía mexicana se mantuvo sin cambios en el octavo mes del año respecto a julio, cuando creció 0.4 por ciento mensual.

Lo anterior es consistente con datos adelantados que sugieren una moderación, especialmente para la industria, pero también para los servicios.

El IOAE, que estima el desempeño de la economía antes de la publicación del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), un referencial del PIB mensual, anticipa que la industria cayó 0.1 por ciento mensual en agosto y un estancamiento de los servicios en el mismo mes.

En su comparación anual destaca la recuperación de ventas y servicios de 2.6 por ciento en agosto respecto al mismo mes de 2021, y de 3.1 por ciento en el sector industrial.

A pesar del crecimiento anual, la actividad económica del país, medida con el IGAE, quedaría 1.7 por ciento por debajo de su nivel prepandemia de enero de 2020, por lo que los resultados deben matizarse a la luz de un proceso de recuperación incompleto y de una estructura productiva operando debajo de su potencial.

La perspectiva luce mejor a partir del reporte, pues las cifras para julio tuvieron una revisión significativa desde un estimado de una caída de 0.1 por ciento mensual hasta un crecimiento de 0.4 por ciento. Ello tiene una gran relevancia, pues balancea las probabilidades para los resultados del PIB del tercer trimestre y ahora será más difícil que se registre una contracción, recordando que el crecimiento acumulado hasta el segundo trimestre de 2022 era de 1.9 por ciento, destacó Marcos Arias, analista económico de Monex.

No obstante, el IOAE apunta a una desaceleración en la tendencia de recuperación, en línea con la visión para el PIB del tercer trimestre, debido a un entorno cada vez más retador, con presiones inflacionarias aún al alza, que trae mayor restricción monetaria de bancos centrales a escala global, y persistentes disrupciones en las cadenas de suministro.

Además, las señales desde Estados Unidos sugieren caídas en algunos sectores, incluyendo la industria, lo cual podría afectar a México.