Jueves 15 de septiembre de 2022, p. 27
Puerto Príncipe. Varias ciudades de Haití se vieron paralizadas ayer por manifestaciones desencadenadas por la decisión del gobierno de suspender los subsidios a los combustibles, en un país donde la gasolina es tan escasa como imprescindible.
El precio fijado por el gobierno para el galón (3.79 litros) de gasolina se incrementará de 250 a 570 gourdes (2 y 4.78 dólares, respectivamente); el del diésel subirá de 353 a 670 gourdes (de 3 a 5.60 dólares) y el de queroseno, de 352 a 665 gourdes (es decir, de 3 a 5.57 dólares).
El gobierno informó que los precios subirán porque ya no puede sostener el fuerte subsidio a los combustibles como antes. Haití solía recibir todo su petróleo del programa Petrocaribe del gobierno de Venezuela, pero éste terminó hace varios años. Desde entonces, el gobierno autorizó a distribuidores locales importar combustible y ha subsidiado dichas compras.
Las principales carreteras fueron bloqueadas, el transporte público detenido y muchos negocios o instituciones públicas mantuvieron sus puertas cerradas mientras algunos negocios eran atacados por los manifestantes.
El primer ministro, Ariel Henry, anunció el domingo que los precios del combustible debían aumentar, ya que el Estado carecía de fondos para continuar con los subsidios.
El anuncio desató la ira de una población ya golpeada por la inseguridad y la pobreza, y que no sólo depende del combustible para el transporte, sino también para la electricidad y para cocinar.
Sin embargo, las protestas se intensificaron ayer cuando el gobierno formalizó la suspensión de los subsidios al diésel y al combustible doméstico, en tanto redujo los de la gasolina.
Este verano boreal, una doble escasez de gasolina y electricidad ya había paralizado varias ciudades.
Ante esa escasez, los residentes del país caribeño se ven obligados a recurrir al mercado negro, donde la gasolina y el diésel están fácilmente disponibles pero a precios seis veces más altos que la tarifa establecida por el gobierno.
Haití, país donde las pandillas han extendido cada vez más su dominio, lleva años sumido en una profunda crisis económica y política.