Miércoles 14 de septiembre de 2022, p. 5
El cineasta ruso Serguéi Eisenstein (1889-1948) dibujó desde niño, una faceta conocida de su quehacer artístico; sin embargo, se desconocía su producción de dibujos eróticos, muchos de los cuales realizó durante su estancia en México (1931-1932) cuando filmaba ¡Que viva México!, película que quedó inconclusa. Algunos están trazados sobre papel membretado del Hotel Imperial, ubicado en el Paseo de la Reforma.
El artista Damián Ortega vio la exposición La vanguardia rusa: El vértigo del futuro en el Museo del Palacio de Bellas Artes en 2015, que incluía 33 de estos dibujos poco difundidos de Eisenstein. En 2021, Ortega publicó una antología de Dibujos eróticos del cineasta en la colección Antítesis, de su editorial Alias.
Ahora, la Galería Kurimanzutto presenta Circo erótico, Serguéi Eisenstein: dibujos, exposición ideada por José Kuri y Ortega con 124 piezas elaboradas con grafito y lápiz a, color o una combinación de ambas, sobre papel. Además, incluye tres relieves en madera hechos por Ortega que retoman temas de los dibujos.
Matthew Stephenson, representante del dueño de la colección que facilitó las obras, expresa que al morir Eisenstein su esposa Pera Atásheva entró a su estudio y retiró los dibujos que podrían dañar su legado póstumo. Eran piezas que no podían exhibirse en aquel entonces, así que fueron entregadas a un colega que, a su vez, las dejó a sus herederos. En 1995, un coleccionista francés se fue a San Petersburgo y adquirió la colección de dibujos que fueron divididos. Con el tiempo algunos llegaron al Museo del Hermitage. Estos dibujos representan una pequeña parte de un acervo mucho mayor y se dieron a conocer a raíz de su adquisición por el coleccionista galo
.
Eisenstein dejó de dibujar en los años 20, pero redescubrió su talento
cuando vino a México. Respondió al arte y la cultura de México. Visitó el museo antropológico, así como muchos otros sitios, como Tetlapayac, lugar donde hizo muchas de sus filmaciones
, señala Stephenson. Conoció a Diego Rivera en Moscú en 1927 y sabía de los muralistas. Sin embargo, los dibujos no eran concebidos como obras de arte y a veces el director los regalaba al personal de la filmación.
Serguéi se dio cuenta que hacer dibujos era una buena manera de conseguir que alguien asumiera cierto estado de ánimo requerido para el filme, aunque los dibujos no necesariamente se relacionan con una película. Salen directos de su mente, casi de manera automática
, apunta el entrevistado.
Los dibujos eróticos cambian radicalmente la imagen del cineasta: Creo que los académicos, curadores y coleccionistas sienten fascinación al descubrir más acerca de su héroe, Serguéi Eisenstein, porque estas piezas tienen que ver con lo que significa ser humano, vivir en el mundo, tener influencias de la literatura, el cine, el medio ambiente, la religión, que son los temas que explora en los dibujos
.
Aparte de permitir un nuevo clavado
en el proceso creativo de Eisenstein, se revela una nueva percepción sobre su propia sexualidad. Una especie de dualidad en la naturaleza humana, más que homosexualidad o bisexualidad, presente antes de que nacemos, incluso de que se demuestre el género
, indica Stephenson.
Cualquier pedazo de papel era bueno para dibujar. En la muestra hay piezas que fueron trazadas en el reverso de una hoja de guion. Eisenstein fue un genio, un erudito, se interesaba por todo y todos. Fue un gran lector. Admiraba a D.H. Lawrence, quien vino a México en los años 20 y escribió un par de obras
, asegura el entrevistado.
La exposición Circo erótico, Serguéi Eisenstein: dibujos, permanecerá hasta el 8 de octubre en la Galería Kurimanzutto, Gobernador Rafael Rebollar 94, colonia San Miguel Chapultepec.