Estalla la violencia; al menos 20 muertos
Se agrava la crisis; casi un año sin lograr acuerdos para formar gobierno
Martes 30 de agosto de 2022, p. 25
Bagdad. Al menos 20 personas murieron y más de 350 resultaron heridas ayer en Bagdad, donde también se oyeron disparos de obuses y armas automáticas, después de que el líder chiíta Moqtada Sadr anunció sorpresivamente su retiro definitivo
de la política en Irak.
Siete obuses de mortero cayeron en la zona verde, de alta seguridad, que alberga ministerios y embajadas, indicó una fuente que no pudo dar un balance de víctimas. También se desconoce el origen del fuego.
Poco después se escucharon disparos en este barrio del centro de la capital, que está bajo toque de queda al igual que el resto de Irak.
El país está inmerso en una crisis política desde los comicios legislativos de octubre de 2021.
Estados Unidos, que invadió este país petrolero en marzo de 2003 con la falsa acusación de que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, mantiene unos 2 mil 500 efectivos en el país.
La situación en la capital empeoró ayer, cuando cientos de partidarios de Sadr invadieron el Palacio de la República, sede del consejo de ministros, de acuerdo con periodistas de la agencia de noticias Afp.
Los manifestantes ocuparon oficinas y hasta nadaron en la alberca, mientras las fuerzas de seguridad intentaban dispersar a otros inconformes con gas lacrimógeno en los accesos a la zona verde, donde se encuentra también la embajada de Estados Unidos, indicó a Afp una fuente de seguridad.
Según un balance de fuentes médicas, 15 partidarios de Moqtada Sadr murieron por disparos en la zona verde, al tiempo que unos 350 resultaron heridos.
La televisora Al Jazeera habló de 20 fallecidos.
Varios testigos hablaron con Afp de tiroteos entre sadristas y partidarios del Marco de Coordinación (grupo político proiraní enfrentado a los partidarios de Sadr) en las áreas de ingreso a la zona verde.
El ejército declaró un toque de queda nacional y las fuerzas de seguridad acordonaron la capital.
En Washington, la Casa Blanca calificó la situación de preocupante
y pidió calma y diálogo, mientras el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, exigió contención
y que todas las partes tomen medidas inmediatas para desescalar la situación, de acuerdo con su portavoz.
La misión de la ONU en Irak, con sede en la zona verde, pidió a los manifestantes máxima moderación
y retirarse del lugar.
Anoche, el toque de queda parecía respetarse en Bagdad. Las calles, habitualmente concurridas, estaban vacías.
Pero el caos se extendió a otras regiones iraquíes: en la provincia de Zi Qar (sur), los sadristas invadieron la sede del gobierno local e ingresaron a otros edificios oficiales en Nasiriya, indicó un reportero de Afp.
También se bloquearon varias carreteras que unen la ciudad de Hilla con Bagdad y otras provincias del sur.
Durante casi un año, los principales líderes políticos no han logrado un acuerdo para nombrar a un nuevo primer ministro en Irak, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, que sigue sin gobierno ni presidente desde las legislativas.
Para salir de la crisis, Moqtada Sadr y el Marco de Coordinación coinciden en que hay que celebrar elecciones anticipadas. Pero Sadr insiste en disolver primero el Parlamento mientras sus rivales quieren primero nombrar un gobierno.
El Marco de Coordinación condenó ayer el ataque a las instituciones del Estado
, al tiempo que llamó a los sadristas al diálogo.
Por su parte, Moqtada Sadr anunció una huelga de hambre hasta el fin de la violencia, publicó un líder de la corriente sadrista en redes sociales.
Sadr, un líder muy influyente e imprevisible, llevaba aumentando la presión en las últimas semanas y desde hace un mes sus partidarios acampan frente al Parlamento e incluso bloquearon brevemente el acceso al máximo órgano judicial del país.
Ayer anunció su retiro definitivo
de la política y el cierre de varias instituciones vinculadas a su familia.
El líder es uno de los pesos pesados del país, cuya gran influencia religiosa y política con la comunidad chiíta mayoritaria en Irak, puede agravar la crisis o mejorarla.
En las legislativas quedó primero con 73 escaños (de 329) pero, al no tener mayoría, hizo dimitir a sus diputados en junio, con el argumento de que quiere reformar
el sistema y acabar con la corrupción.
Moqtada Sadr, nacido en 1974, nunca gobernó. Tras la invasión a Irak, liderada por Estados Unidos, tuvo un ascenso político meteórico, gracias a la creación del llamado Ejército de Mahdi, milicia de resistencia contra el ocupante.