Las protestas se extenderán más allá de los sectores transportes, correos y puertos
Viernes 19 de agosto de 2022, p. 25
Londres. Reino Unido vive desde ayer una nueva ola de huelgas masivas en transportes, correos y puertos, al continuar el mayor movimiento social de este tipo en décadas ante una inflación disparada y un poder adquisitivo que se derrumba.
En este periodo de vacaciones escolares, sólo un tren de cada cinco circulaba ayer. Decenas de miles de empleados ferroviarios fueron llamados al paro por los sindicatos RMT, TSSA y Unite. Network Rail, gestor público de la red, instó a los británicos a evitar usar el férreo.
Los pasajeros que, pese a todo, intentaban tomar un tren, se mostraban comprensivos con los huelguistas, dada una inflación que superó 10 por ciento anual en Reino Unido por primera vez en 40 años, desvalorizando los salarios.
La huelga es justa, porque la inflación está ahora en un nivel récord
, afirmó a Afp Usam Sarda, un dentista de unos 30 años, en la estación londinense de Euston.
Toda mi simpatía está con los huelguistas
, sostuvo Greg Elwood, un asesor de 26 años, interrogado en la estación de Leeds, al norte de Inglaterra.
El mayor movimiento de huelga ferroviaria desde 1989, al final de los años de Margaret Thatcher, podría proseguir indefinidamente
advirtió el secretario general de RMT, Mick Lynch. Los paros en este sector se han producido ya por episodios desde junio, a falta de acuerdos salariales. De hecho, las movilizaciones obreras se multiplican en el país. El conjunto de la red de transportes de Londres estará casi paralizado hoy y seguirá perturbado todo el fin de semana, y mañana se prevé otro día de cese ferroviario.
Los estibadores del puerto de Felixstowe (este de Inglaterra), iniciarán pasado mañana una interrupción de labores de ocho días, lo que amenaza con detener gran parte del tráfico de mercancías.
Acciones similares están previstas o se han producido en los depósitos de Amazon, entre abogados penalistas y empleados del servicio de limpia.
Las manifestaciones podrían durar más allá del verano y extenderse a los funcionarios de la educación y de la salud, donde los sindicatos han calificado de miserables
las ofertas de aumentos salariales de 4 por ciento.
En todas partes, la consigna es la misma: alzas de salarios concordantes con la inflación, que llegó en julio a 10.1 por ciento en 12 meses y podría superar 13 por ciento en octubre, según las previsiones del Banco de Inglaterra.
Los precios se han disparado, principalmente por las cotizaciones de gas, de las que el país es muy dependiente, y que aumentan por la guerra en Ucrania, pero también por las perturbaciones en las cadenas de abastecimiento y la falta de trabajadores, como consecuencia del covid-19 y el Brexit.