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Economía moral

Historia de una vocación, 27ª entrega // Destacado sociólogo y economista colombiano valora mi pensamiento

Ós

car Fresneda, destacado sociólogo y economista colombiano, estudioso de la pobreza, en el primer día del gobierno de Gustavo Petro y de la izquierda en toda la historia de Colombia, me honró con su participación en mi curso de actualización docente (FCPS-UNAM). Con Petro ha renacido la esperanza de Colombia y de América Latina. Reproduzco abreviado lo que dijo Fresneda:

“Me complace participar en el curso La perspectiva de Julio Boltvinik sobre la pobreza, el bien-estar y el florecimiento humano, para comentar la etapa de su producción intelectual asociada al Proyecto Regional para la Superación de la Pobreza en América Latina del PNUD y la génesis y desarrollo del Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP). Un curso así, centrado en el desarrollo intelectual de un autor en un complejo campo del conocimiento, bajo su misma orientación, es un excelente laboratorio sobre la forma de producir conocimiento. Voy a proponer elementos de una interpretación sobre lo que, en mi opinión, significó la conceptualización del MMIP y señalar algunas perspectivas que abre la conceptualización de este método. Tuve la oportunidad de hacer una aplicación inicial de este método para Colombia y otros países de América Latina (AL), bajo la inspiración de Julio, a quien conocí en Bogotá hace ya más de 30 años, cuando era coordinador técnico y luego director del Proyecto Regional del PNUD. Me integré al proyecto en el área de medición de la pobreza. Venía de trabajar en otro proyecto cuyo objetivo era diagnosticar la pobreza en Colombia. Mi papel en el Proyecto Regional fue transmitir a equipos nacionales de otros países de AL la experiencia acumulada en Colombia en la elaboración de mapas de pobreza con el enfoque de necesidades básicas insatisfechas (NBI), consolidar y analizar los resultados de esos equipos, y acompañar el trabajo que realizaba la Cepal de actualización de la medición de la pobreza con el enfoque de línea de pobreza (LP). Fui testigo directo de las circunstancias que dieron origen a la primera formulación de Julio sobre el MMIP y de acompañarlo en su difusión inicial. Mi aporte, de aplicar el MMIP, publicado en dos capítulos del libro Pobreza, violencia y desigualdad: retos para la nueva Colombia (1991). El MMIP daba lugar al análisis de los distintos tipos de pobreza examinando cómo las magnitudes variables de esta medición se relacionaban con las características de diversos grupos poblacionales. Este ejercicio destacó la capacidad del método para llegar a una clasificación dinámica de distintas formas de pobreza, perspectiva ausente en los métodos que le dieron origen (NBI y LP). Ello enriqueció el análisis y abrió el espacio para adoptar orientaciones para enfrentar distintas clases de pobreza. El otro texto mío ahí incluido presentó resultados de la aplicación del MMIP en cuatro países y constató la parcialidad de los métodos de LP y NBI y la diversidad de resultados que se obtienen con el MMIP.

“El camino seguido por Boltvinik, desde entonces, bajo el impulso de su inagotable persistencia, ha sido el de buscar una conceptualización más adecuada sobre la pobreza en el marco de la teoría de las necesidades, encuadrada dentro de los conceptos de nivel de vida y florecimiento humano, y el de diseñar instrumentos metodológicos más adecuados para medirla, cuestionando las visiones tradicionales, que llevaban a subvaluar su extensión. La ruta seguida puede verse como una deconstrucción crítica del concepto de pobreza, no para caer en el escepticismo de la invalidez del conocimiento científico, sino para darle un contenido pleno y coherente. La medición, como recurso metodológico, no es aquí marca de una postura positivista, sino el medio de garantizar precisión en los análisis, en concordancia con el marco teórico e introduciendo la perspectiva de la magnitud. La construcción de la medida se convierte en instrumento para profundizar la deconstrucción y reconstrucción del concepto. Lo metodológico no es, en esta perspectiva, algo que pueda ser tratado en forma separada de la reflexión conceptual. La conceptualización y diseño del MMIP llevó a una ruptura epistemológica en torno a lo que es la pobreza y la forma de medirla. El trabajo de Julio para lograr esa ruptura ha sido el de un continuado y arduo recorrido, que lleva a construir su objeto de análisis, rompiendo reflexivamente, tanto con los esquemas del pensamiento común como con elaboraciones formales sobre la pobreza que, en su parcialidad, no daban cuenta del conjunto del fenómeno. El desenlace de esa ruta fue su encuadre, que le da pleno sentido, en un marco conceptual holístico sobre los niveles de vida y del florecimiento humano. Este recorrido es un caso ejemplar de una ruta metodológica que difícilmente es posible encontrar, con tanto rigor, en otras experiencias. A esto se suma una toma de posición ética en la práctica reflexiva, que conduce a actuar siempre con honestidad y trasparencia, con reconocimiento de los propios vacíos y errores, con actitud abierta al debate franco, aceptando y reconociendo los aportes de sus opositores. Además, viene acompañado de la toma de posición sobre el papel de la práctica científica, como instrumento crítico para develar la realidad, como forma de compromiso para alcanzar una sociedad más justa y equitativa. Este proceso se ubica en una perspectiva transdisciplinaria, unificando los saberes sociales al trascender las fronteras formales de las disciplinas y dar un tratamiento global a su objeto de estudio. También puede verse esta experiencia como el rechazo de prácticas colonialistas en el pensamiento social, que se contrarrestan con una propuesta integral, que pone en cuestión, desde la experiencia de países periféricos, las orientaciones de los centros de pensamiento predominantes. Es en los países periféricos donde tienen mayores consecuencias las visiones y las soluciones parciales. Para terminar, planteo que convirtamos en permanente la consigna de ampliar la mirada. Ampliar la mirada es continuar la tarea de ubicar las categorías de pobreza y florecimiento en un marco analítico que permita determinar los factores de que dependen sus expresiones concretas y las consecuencias que producen. Es probar la capacidad explicativa y utilidad práctica de la conceptualización y el método que la acompaña, poniendo a prueba su capacidad heurística. Es afrontar, entre otras, la pregunta ¿cuáles son los elementos estructurales y mecanismos que reproducen los distintos tipos de pobreza? Este curso sobre la obra de Boltvinik es, quizás, un espacio propicio para reflexionar sobre estas posibles perspectivas que resurgen del examen de su pensamiento y que podrían ser la base para formular y aplicar un amplio programa de investigación colectivo.”

Estoy muy agradecido con Óscar y me siento conmovido por lo que dijo de mi obra. ¡Viva Colombia!

www.julioboltvinik.org