aolo Bortolameolli es chileno, de Viña del Mar, y su oficio es la dirección de orquesta. Es director huésped principal de la Orquesta Filarmónica de Santiago, director asociado de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de Chile.
Está en México como director musical de la segunda emisión de Sinfónica Azteca, una residencia artística que se lleva a cabo en Puebla y que implica ensayos, talleres, clínicas, clases magisteriales y, finalmente, conciertos. Es, además, autor de un muy interesante libro publicado originalmente en 2020 por La Pollera Ediciones, y que lleva el sugestivo y muy musical título de Rubato. Hace unos días, sostuve con él un grato diálogo a distancia sobre su libro; he aquí una síntesis de lo hablado.
Dice el director/autor: En el título de mi libro está este concepto musical de la fluctuación del tempo, en el que uno le roba tiempo a la música y después se lo devuelve. Le puse ese título a mi libro como una metáfora de lo que estaba ocurriendo en el momento en que lo escribí, porque le estábamos robando tiempo a la vida durante la pandemia, como en pausa. La estructura del libro es una carta que le escribo a mi hijo Andrea, a quien está dedicado. Andrea tenía seis, siete años cuando lo escribí, así que se trata de una carta para él a futuro, una especie de rubato en nuestras vidas”.
Como tantos otros melómanos y músicos, Paolo Bortolameolli puede señalar con toda precisión el momento clave de la iluminación: escuchar la Quinta sinfonía de Beethoven en un concierto al que fue convocado por su padre.
Afirma sobre su libro que su primera intención al escribirlo es que fuera lo más transversal posible respecto a sus posibles lectores. Si bien es posible hallar algunas explicaciones técnicas en las páginas de Rubato, el texto está escrito para un público general, no necesariamente versado en cuestiones musicales específicas.
De nuevo, la voz de Paolo Bortolameolli: En el camino, gracias a la retroalimentación que fui recibiendo de las personas que habían leído mi texto, me fui dando cuenta de que quienes no tenían una preparación musical encontraban en el libro cosas refrescantes, datos, enfoques, curiosidades que los enriquecieron
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Rubato es, ciertamente, un libro muy personal, aunque su autor afirma que no es estrictamente autobiográfico. Todo lo escrito en estas páginas parte de su experiencia propia, y las reflexiones que contiene respecto a la música y al arte son inseparables de las experiencias vividas por el director chileno; así, se humaniza la relación del autor con su arte y, a la vez, con sus lectores.
En este sentido, Bortolameolli afirma que a medida que crece la relación del individuo con el arte, uno se va haciendo de más herramientas para entender una pintura, un libro, una sinfonía, pero que lo más crudo, instintivo, primitivo es la manera en que una persona se vincula emocionalmente con el fenómeno artístico.
Entre muchos otros temas y asuntos musicales, artísticos y humanos, Rubato es una muy interesante y variada playlist de obras musicales, que bien puede considerarse como una hoja de ruta para el lector. Comenta el autor: “Mi deseo es que la gente lea el libro muy lentamente y que se dé el tiempo para escuchar esa playlist, y entonces releer algunas páginas relacionadas con toda esa música. Hay momentos en que la descripción musical que hago es muy minuciosa, pero en otras obras, el análisis es más general. La intención es que sea como una visita guiada, pero sin caer en la conferencia académica, para que el libro sea ameno y accesible”.
El éxito inicial de Rubato dio lugar a una segunda edición del libro, que fue precedida por una revisión del autor, tal y como un compositor revisa y retoca una partitura. Paolo Bortolameolli afirma que con la segunda edición ha quedado en paz y que no volverá a modificar su texto, porque ese es justamente el libro que quería escribir.
Acaso, como lo dice él mismo, revisitar el texto dentro de una década, cuando su hijo Andrea sea un adolescente y recontextualizar su relación con él, y quizá retomar ideas, ángulos, enfoques que quedaron fuera del libro y que a la vuelta de 10 años pueden adquirir un nuevo sentido.
El caso es que, en su forma actual, Rubato, de Paolo Bortolameolli, es un libro musical muy recomendable y de muy grata lectura.
