l número de años que en promedio se espera que viva una persona al momento del nacimiento configura la esperanza de vida al nacer, un indicador del desarrollo económico y social de la población. En México se ha presentado un importante incremento de este indicador a lo largo de varias décadas, entre los años 1960 y 1970 nuestra esperanza de vida era de 60 años, para 2019 llegó a 75.1 años en promedio, las mujeres mexicanas con una esperanza de vida de 78. 6 años, superior a la de los hombres en seis años, cuya esperanza fue de 72.2. En estas décadas las causas de fallecimiento cambiaron, de morir por enfermedades infecciosas, parasitarias y neumonías, crecieron las enfermedades crónicas y degenerativas: la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares ( Proyecciones del Conapo, 2016-2050).

Pero la pandemia del covid-19 cambió el escenario en México y en el planeta, el aumento en el número de muertes tuvo un impacto sustancial. La esperanza de vida global parece haber disminuido entre 0.72 y 0.92 en 2020 y 2021, lo cual representa la primera disminución en la historia de la esperanza de vida global desde 1950 (Patrick Heuveline, Global and National Declines in Life Expectancy: An End-of-2021 Assessment, CCPR/ Universidad de California, marzo 2022).

Nuevas estimaciones y proyecciones de la Cepal y la División de Población de Naciones Unidas confirman que América Latina y el Caribe perdió 2.9 años de esperanza de vida al nacer entre 2019 y 2021 a consecuencia del covid-19, pasando de 75.1 años en 2019 a 72.1 años en 2021, lo que la convierte en la región del mundo que perdió más años en la esperanza de vida debido a la pandemia. De acuerdo con el organismo, la caída entre 2019 y 2021 fue mayor en América Central, con una pérdida de 3.6 años, aunque se evidenció una aceleración en la pérdida de esperanza de vida en el Caribe en 2021, así como grandes desigualdades entre países. Las proyecciones suponen que ya en 2022 comenzará la recuperación de los años perdidos, debido al proceso de vacunación y las medidas para combatir la pandemia ( América Latina y el Caribe: estimaciones y proyecciones de población, Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía/Cepal-Celade y División de Población de Naciones Unidas, julio 2022).

En México, la primera causa de muerte en hombres en 2021 fue por covid-19 (136 mil 778 fallecimientos), la segunda por enfermedades del corazón (124 mil 81) y la tercera por diabetes mellitus (72 mil 324); en las mujeres, la primera causa fue enfermedades del corazón (102 mil 613), en segundo lugar por covid-19 (87 mil 456) y la diabetes mellitus (70 mil 219) la tercera. Por grupos de edad hay diferencias, prevalece como primera causa la covid-19 entre quienes tienen entre 35 y 65 años (en mayores la superan las enfermedades del corazón), las agresiones y homicidios ocupan primer lugar en quienes tienen entre 15 y 34 años, los accidentes son primera causa de muerte en niñas, niños y adolescentes de cinco a 14 años, y en menores de cinco años las causas son afecciones perinatales, malformaciones y anomalías cromosomáticas ( Estadísticas de defunciones registradas 2021, preliminar, Inegi/ 27 julio, 2022).

Los efectos del covid-19 en la esperanza de vida de los mexicanos son muy desalentadoras. Las estimaciones para 2020, aunque están por confirmarse, apuntan hacia un descenso inédito. Es posible que se pierdan cuatro años en promedio, que los hombres pasen de 72.2 años de esperanza de vida al nacer a 67.09, y que ellas pasen de 78.6 a 75.13 años. Es también probable que esta trayectoria se recupere en algunos años.

No hay duda de que la pandemia desnudó las debilidades del sistema de salud y las desigualdades sociales, el gran reto está en fortalecer y ampliar el acceso a los servicios de salud, pero además es importante el esfuerzo que se está haciendo en educación alimentaria, en la escuela y en los medios, toda vez que muchas enfermedes crónicas son comorbilidades de covid-19 y son las que provocan cada vez más muertes; las enfermedades del corazón y la diabetes están relacionadas con el sobrepeso y la obesidad y requieren un cambio de régimen alimentario y de ­movilidad.

Ampliar la esperanza de vida es un reto global antes y después de la pandemia; el Estado y la sociedad entera tenemos que anticipar estrategias que garanticen que vivir más años sean un motivo para ¡seguir celebrando la vida!

*Secretaria general del Conapo

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