Miércoles 13 de julio de 2022, p. 10
El plan de atención y medicamentos gratuitos para personas sin seguridad social incluye los tratamientos de diálisis y hemodiálisis y la posibilidad de recibir un trasplante de riñón, aseguró José Salvador Aburto Morales, director del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra). Es la respuesta a una demanda añeja que se había dejado de lado por el alto costo de estos procedimientos.
La enfermedad renal crónica es una de las principales complicaciones de la diabetes y ya representa la tercera causa de muerte en México. Por su elevada prevalencia y el costo de las terapias, autoridades de administraciones pasadas señalaban que atender a enfermos con insuficiencia renal implicaría terminar con los recursos destinados a los padecimientos que generan gastos catastróficos. El asunto no estaba en la agenda sanitaria oficial.
Ahora, con el cambio en el sistema sanitario promovido por el gobierno federal y el compromiso para que las personas tengan acceso efectivo a servicios de salud, se buscará contar con un esquema que coadyuve a que los pacientes sean candidatos a un trasplante renal, comentó Aburto Morales.
El funcionario encabezó ayer un foro sobre donación y trasplante de órganos, en el cual comentó que ya se llevan a cabo reuniones de trabajo del comité del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi, antes de Gastos Catastróficos) con los programas de trasplantes en los estados. La finalidad es definir los mecanismos para solicitar equipos y material necesarios para efectuar la procuración de órganos y las cirugías sustitutivas.
Aburto resaltó que el Instituto Mexicano del Seguro Social tiene el programa de donación y trasplantes más grande del país, faltaba incorporar a quienes están fuera de la seguridad social. La universalización de la salud que ya viene
permitirá contar con una lista real de personas que requieren un trasplante de riñón, indicó.
Agregó que la inversión en donación de órganos es más redituable que las terapias sustitutivas de función renal, ya que los pacientes están en constante riesgo de deterioro en su salud y de muerte.
Explicó que el retorno promedio de inversión para la economía en 10 años –el tiempo de vida del órgano trasplantado– es de cuatro pesos por cada peso invertido.