Martes 21 de junio de 2022, p. a11
Aunque coincidían en la Liga Mexicana de Beisbol, eran unos desconocidos sobre el terreno, pero cuando se enfundaron la casaca del Tri Sub-23 para el Premundial en Aguascalientes, hubo química inmediata. Esta fue la clave para formar una buena selección tricolor, que consiguió el boleto a la Copa del Mundo en China, Taipéi, en octubre próximo, y ganar la medalla de oro con paso perfecto: vencieron en los ocho partidos que disputaron.
La casaca de México hizo una hermandad inmediata y nos ayudó a integrar un equipo sólido en todas las posiciones
, relata el jardinero Carlos Pacheco, pelotero de los Diablos Rojos del México.
Funcionó “desde el primer inning y se mantuvo con ese paso hasta la final. Nunca bajamos la intensidad y por eso ganamos los ocho partidos para terminar invictos, con cuatro elementos en la novena ideal y el Jugador Más Valioso”, agrega.
Además del talento de los peloteros –mostraron solvencia en el ataque y en la defensiva, con un excelente trabajo de los lanzadores–, supieron manejar la mentalidad para ganar el torneo. “Fue importante no caer en triunfalismos –asevera–. Aunque llegamos invictos a la final y sabíamos con qué vencer, nos preparamos: enfrente teníamos a Cuba, fuerte en el beisbol; además, en este deporte puede pasar cualquier cosa”.
Sin embargo, admite, la concentración durante el torneo se quebró el sábado en la semifinal ante Venezuela, cuando se desató una pelea campal entre algunos jugadores.
El mánager nos advirtió que tratarían de desconcentrarnos y de calentarnos para que perdiéramos el control y aprovecharan la situación. En el juego de la primera ronda los habíamos vencido, pero hubo roces. Lanzaron la pelota a la cabeza de uno de nuestros bateadores, lo que no se hace porque puede ser fatal.
Pelotear a un rival puede ser un recurso no permitido pero se llega a usar para intimidar al bateador, comenta. Se hace siempre abajo de la cintura, jamás arriba. Puedes hacer mucho daño. Ya se las teníamos guardada. La adrenalina y el resentimiento del duelo anterior estalló y muchos compañeros no se aguantaron. No se justifica de ningún modo, pero entiendo que no permitieron que faltaran el respeto a México y otros no dejaron a sus colegas caídos
.
El incidente tuvo consecuencias. Además de un fuerte regaño en el vestidor, hubo expulsiones y sanciones económicas. “Algunos sólo intervenimos para separar a los compañeros. Superado el asunto, todo fue perfecto. Ganaron con el reconocimiento de todos los rivales y la esperanza de una generación de brillantes peloteros mexicanos.